Cita de la Semana

“Se dice en Hollywood que siempre se debe perdonar a tus enemigos, porque nunca se sabe cuándo tendrás que trabajar con ellos”
Julia Jean Mildred Frances Turner (Wallace, Idaho, 8 de febrero de 1921 – Los Ángeles, 29 de junio de 1995), conocida como Lana Turner, fue una actriz estadounidense, símbolo sexual de los años 40.
Su primera aparición en la pantalla grande consistió en un breve papel en la película “Ha nacido una estrella” (1937) de William A. Wellman. Ese mismo año consiguió mejores papeles en dos clásicos como “The Great Garrick” de James Whale y “Ellos no olvidarán” de Mervyn LeRoy.
Otras películas como “Andy Hardy se enamora” (1938), junto a Mickey Rooney, o la comedia fantástica “La pareja invisible” (Topper, 1937) de Norman Z. MacLeod, junto a Cary Grant y Constance Bennett, hicieron que Lana Turner fuera más conocida debido a su imponente físico. Pero cuando verdaderamente saltó al estrellato fue en la década de 1940.
Durante estos años alcanzó la fama en títulos importantes como “El extraño caso del Dr. Jekyll” (1940) de Victor Fleming, donde trabajó junto a Spencer Tracy. En esos años se codeó con otros destacados actores como Lionel Barrymore en “Calling Dr. Kildare”, James Stewart en el musical “Las chicas de Ziegfield” (1940) de Robert Z. Leonard, Clark Gable en “Quiero a este hombre” (1941), Robert Taylor y Van Heflin en “Senda prohibida” (1942), John Garfield en su película más memorable, “El cartero siempre llama dos veces” (1946), y con Gene Kelly en “Los tres mosqueteros” (1948).
Su actuación en “El cartero siempre llama dos veces” la lanzó al estrellato, confirmándose su popularidad con “Cautivos del mal” (1952) de Vincente Minnelli, donde trabajó con Kirk Douglas, y con “Vidas borrascosas” (1957) de Mark Robson. Por su papel en “Vidas borrascosas” Lana Turner obtuvo su única nominación a los Premios Óscar.
Turner escondía tras su gran apariencia una personalidad emocionalmente inestable; de esto darían testimonio las muchas parejas que tuvo en vida.