CRIMINAL (2016) de Ariel Vromen

“La misión está en los recuerdos”
Si antes de ir al cine vemos que el elenco de la película que vamos a ver está formado por Kevin Costner, Ryan Reynolds, Tommy Lee Jones, Gary Oldman, Michael Pitt o Jordi Mollá entre otros; no sería descabellado pensar en que pueda ser la última entrega customizada de la saga “Ocean’s” o incluso el último experimento cinematográfico de los Coen con una comedia de risa involuntaria. Este prejuicio se refuerza al ver que Kevin Costner interpreta a un presidiario extremadamente violento y sin escrúpulos, Tommy Lee Jones a un cirujano científicamente puntero y sensible, y Michael Pitt a un outsider informático con rasgos eslavos y que se hace llamar “El Holandés”, entre otros personajes pintorescos.
Siguiendo por esta línea, no es extraño sucumbir a creer que se trata de una película de serie Z o un capítulo de “Los Simpsons” si se desvela que la trama del film va acerca de un agente de la CIA (Ryan Reynolds) que es torturado y asesinado por un malévolo anarquista español (Jordi Mollá) que quiere acabar con el orden mundial, debido a que el agente de inteligencia estadounidense sabe del paradero y no accede a desvelar, de un hacker informático apodado “El Holandés” (Michael Pitt). Este pirata de la red tiene en su poder un código que permite lanzar cualquier misil a cualquier lugar del planeta. Para la CIA es vital esta información y comandada por su jefe de operaciones (Gary Oldman), después de la pérdida de su hombre, recurre cual clavo ardiendo a un nuevo método de implante de células cerebrales que lidera un neurocirujano experimental (Tommy Lee Jones). Para que sea posible, es indispensable que una parte del cerebro del receptor, el lóbulo frontal, tenga una serie de condiciones innatas, que cumple con creces un presidiario de alto riesgo llamado Jerichó (Kevin Costner).
Toda esta rocambolesca trama no se queda ahí, el largometraje tiene numerosos aspectos que no escapan de lo convencional de las películas de acción de Hollywood, dirigido por el israelí Ariel Vromen. Acción, villanos despiadados y con afanes megalomaníacos, conspiraciones gubernamentales trascendentales cuyo peso recae en un sólo hombre, personajes que pasan de ser despiadados a tiernos y poder enamorarse, y reiteradamente por el medio mucha acción. Al verla uno se da cuenta que no aporta nada al género de la acción que no hayan hecho, incluso con más gracia como las últimas entregas de “Misión Imposible”, otras películas del mismo estilo. No deja de caer en los tópicos que casi forman parte de un dogma, de este tipo de filmes, dando la sensación de que al ver y entrar en calor desde los primeros 2-3 minutos ya se sabe cómo va a finalizar, sabiendo quien morirá, triunfará e incluso quien se enamorará de quien.
Que abunden todos estos recursos tan socorridos, no significa que sea fácil hacer estas películas. Detrás de ella hay un trabajo ingente de efectos especiales, vestuario, ambientación, y lo más complicado: saber tener al espectador lo sumamente entretenido para que no caiga viendo pasar las manillas del reloj o cambiar continuamente de posición en su butaca. Destacar que también posterior a la cámara vive un presupuesto no alcanzable por otras producciones mucho más modestas y que por tanto, se le debe exigir algo más por ello.
El problema que tiene este film y no otros de su misma estirpe, a parte del “por defecto” que atesora de forma catecumenal, es que la corte de intérpretes queda sensiblemente postiza. Kevin Costner no deja de ser Kevin Costner, como en muchas películas que ha interpretado, dando la sensación de personaje vil que se va a reconvertir en padre de familia en cualquier momento de la película. Hay que hacer un esfuerzo importante para ver a Tommy Lee Jones como cirujano experto y pusilánime y a Michael Pitt de informático excéntrico y que alterna las crisis nerviosas con la evasión.
No es la mejor película de acción o de acción-ciencia ficción que se ha estrenado últimamente, pero al menos de lo que no se le puede acusar es de ser aburrida, que es su principal virtud y prácticamente única.