EL JUGADOR DE AJEDREZ (2017) de Luis Oliveros

“¿Nombre? ¿Nacionalidad? ¿Profesión?”
Esta dignísima producción española pone en escena una interesante historia arropada por una loable dirección artística que rentabiliza perfectamente los medios que utiliza. La originalidad del relato, de intensas emociones contenidas y marcadas notas de suspense, unida a su notable factura técnica hacen de este estreno una opción recomendable, y ello aun contando con un equipo artístico de nombres no muy conocidos que, sin ser el apartado más destacado del film, sale airoso.
El relato arranca en España a mediados de los años 30 y nos acerca a un joven campeón de ajedrez. Tras la Guerra Civil, buscando alejarse del ambiente opresivo de la dictadura franquista y por iniciativa de su esposa, de origen francés, se traslada a París. No pasará mucho tiempo hasta que, con la llegada de los nazis, sea falsamente acusado de espía y recluido en una prisión de la SS, sin posibilidad alguna de comunicarse con su familia.
Estamos, pues, ante un drama romántico desgarrador con trasfondo bélico, muy bien llevado y que mantiene la tensión y la incertidumbre hasta el final. Buena parte de sus méritos se deben a la novela homónima en que se basa y cuyo autor, Julio Castedo, ha sabido adaptar a la gran pantalla, completando un guion eficaz que, pese a lo reducido de los espacios donde se desarrolla, dota a la narración de una agilidad apreciable.
En una tesitura altamente comprometida para el protagonista, la fascinación que proyecta el juego se convierte en un elemento decisivo de la trama y la hace crecer en entidad hasta alcanzar una resolución inspirada y emotiva.
Con esos mimbres es igualmente meritorio el trabajo de escenografía, que va de la mano de un esmerado diseño de vestuario y del melódico acompañamiento musical, de tonos intimistas, que ha compuesto Alejandro Vivas.
En lo que se refiere al elenco, encontramos a un voluntarioso e implicado Marc Clotet que resuelve su papel dignamente. Un poco más contenida resulta Melina Matthews, mientras que hay que señalar unas pequeñas pero convincentes participaciones de Alejo Sauras y Andrés Gertrudix y la rotundidad con que interviene el actor germano Stefan Weinert, imponente como oficial alemán.
Nuestra calificación: (4/5)