ELCANO Y MAGALLANES, LA PRIMERA VUELTA AL MUNDO (2019) de Ángel Alonso

“No hay tempestad que hunda barco que yo pilote”
“La historia real fue mucho más cruel que la película”. Es la primera frase que quiere dejar clara el director, Ángel Alonso. Lo cierto es que tiene sentido, porque es una película de animación que sí está dirigida a un público infantil. Y esta aclaración sí que tiene relevancia.
El equipo de “Elcano y Magallanes” se ha basado en una de las hazañas más recordadas a lo largo de la historia: la primera vuelta completa al mundo. Nos situamos en la Sevilla de 1519, en un periplo que finalizó tres años después. Partieron cinco naves con 240 hombres a bordo. No obstante, solo conseguiría regresar una con 18 personas en muy mal estado. Los protagonistas de esta historia fueron el portugués Fernando de Magallanes, comandante de la Expedición y el vasco José Sebastián Elcano, hombre que logró concluirla.
Fue el Reino de Castilla el único que se atrevió a apostar por esta aventura que no parecía más que una locura. Por este y muchos otros motivos, estimo que no ha tenido que ser fácil hacerse con un trozo de la Historia mundial para condensarla en hora y media. A ello habría que añadir que el equipo trabajó en la investigación histórica más de diez años, además de estudiando los textos del historiador y biógrafo de Elcano, José de Arteche.
La pretensión original del autor de la cinta siempre fue “resaltar España y la figura del navegante vasco, poco conocida”. Se queja de que “esta hazaña multicultural” no fue apoyada por Portugal, “España fue la única promotora de esta vuelta al mundo”, ya que es importante resaltar que fue una proeza de “hombres de todos los lugares y alturas: andaluces, vascos, extranjeros: noruegos, franceses e italianos”. Pero en lo que más insiste es en que es fundamental en los tiempos que corren “dar a conocer la ruta comercial a través de los acentos”.
Encontramos varios asuntos a tratar, como es usual. Incluso comenzaríamos con el de la migración, de dónde venimos y a dónde seguimos yendo aún, de ahí que sea un tema “de actualidad”.
Y hasta aquí, todo bien. Pero claro, ahora empiezan las impresiones reales y, no tanto, las aspiraciones. Esta aventura no se sale mínimamente de lo más arcaico y convencional, con mujeres que instigan a que los hombres tomen decisiones, acentos especialmente forzados, peleas –aburridas– en tabernas o gráficos que parecen de una película de Isla Mágica. Esos podrían ser sus puntos débiles. Unos cortes entre escena y escena algo raros y unos personajes construidos sin darles una vuelta de tuerca. Esa chica tan cómoda navegando con el pareo. Traiciones, alevosía. Pero, sobre todo, predictibilidad. Y no me refiero precisamente a que es parte de la Historia que todos conocemos –o deberíamos de conocer–. Por haber, está hasta la clásica historia de amor. Y mejor prefiero no entrar en las personas de color abanicando en plena batalla que, aunque lo hacen en tono humorístico, se podían haber ahorrado.
Como referentes podrían optar a “La ruta hacia El dorado” (Bibo Bergeron y Don Paul, 2000) o “El planeta del Tesoro” (John Musker y Ron Clements, 2002). Pero sigo pensando que a pesar de que comparten la temática y el tono, ésta que aquí comentamos se queda a años luz de las mismas.
En el visionado sentí que se intenta amenizar la experiencia del espectador en un viaje que al final resulta tan tedioso como seguro fue el real, con la única diferencia de que al otro le llevó tres años y esto solo dura noventa minutos. Por eso, estimo que si se busca meter el gusanillo en los niños, quizás no tenga el efecto pretendido.
Ángel Alonso, director de “Planeta imaginario” (serie TV, 1983), “El ladrón de sueños” (2000) y “Mystikal” (2010), ha contado en el guion con José Antonio Vitoria y Garbiñe Losada. La producción viene de la mano de ETB, TVE, y “Dibulitoon Studio” y detrás de la canción original está el grupo “La Oreja de Van Gogh” con su tema exclusivo: “Confía en el tiempo”. Sin embargo, mucho más reseñable se me antoja la aportación musical, mayormente sinfónica, al cargo de la Orquesta Sinfónica de Euskadi, dirigida por Fernando Velázquez y 90 voces del Orfeón Donostiarra. También participa el músico Enrique Solinís.
En conclusión, una película con buenas intenciones pero con una ejecución que deja mucho que desear.
Nuestra calificación: (2/5)