FÁTIMA O EL PARQUE DE LA FRATERNIDAD (2015) de Jorge Perugorría

“Una boca bien pintada puede conquistar el mundo”
En el cine cubano hay muchos temas tabús que no han sido capaces de tocarse hasta hace poco. Solo por eso es valiente este filme de Jorge Perugorría que habla de la homosexualidad, la prostitución o el travestismo.
“Fátima o el parque de la fraternidad” cuenta la historia de Manolito, un joven cubano que desde niño experimenta la discriminación por parte de su familia o amigos debido a su homosexualidad. A través de flashbacks conoceremos la historia de cómo este personaje se ha convertido en Fátima, un travesti que trabaja en un club de alterne para ganarse la vida.
El valor de esta película reside en los aspectos tratados, ya que es necesario que la sociedad se haga eco del acoso que sufren muchas personas por su orientación sexual o género. Más después de ver el odio que aún reside en muchas personas ante lo que desconocen o les asusta, y que se ha visto plasmado recientemente en España en unos autobuses que hacían propaganda contra los transexuales, tema también plasmado en esta película.
Me parece muy acertada la elección de Carlos Enrique Almirante como Manolito/Fátima, ya que es necesario dotar de mucho carisma a un personaje cuando este es el único motor de la película, y él lo consigue.
Por eso mismo veo a Manolito como alguien con mucha seguridad y carácter desde un principio, y esto me ha hecho encontrar forzado el hecho de que decida travestirse porque se lo diga Andrés, el hombre del que está enamorado. Me hubiese gustado más que las dudas sobre su género hubiesen surgido como algo más natural y que no hubiesen recurrido al enamoramiento para hablar de ello.
Esto, sumado al ritmo lento de la película, ha hecho que la historia no me haya convencido, y me haya resultado un poco aburrida. Creo que con otro enfoque la película hubiese sido más realista, y que, por lo tanto, habría mejorado considerablemente.