FORMENTERA LADY (2018) de Pau Durá

“Todo paraíso tiene sus sombras”
El actor y cortometrajista valenciano (Alcoy, 1972) debuta en el cine de largometraje con “Formentera lady”, una película tan fundamental para quienes tenemos cierta edad y conocimos bien los entresijos de aquella apuesta hippy que representa Pepe Sacristán -espléndido como siempre, esta vez con un banjo como compañero musical- como para todos esos jóvenes que no conocieron aquel mundo y para quienes Pepe y su personaje pueden representar una generación demasiado lejana.
Una de las muchas virtudes de esta recomendable película reside en la historia que hace posible que la hija de Pepe le deje a su hijo pequeño para que lo cuide. El niño (un estupendo Sandro Ballesteros) evidencia cualquier sentimiento, desde admiración hasta amor. Mundos diferentes, alejados, cuya proximidad pone de manifiesto el film de Pau Durá: no se puede comprender un universo sin el otro, no hay abuelo sin nieto, ni padre sin hija, ni nieto sin abuelo. Y sin Formentera.
“Formentera lady”, una canción de King Crisom, desmitifica un juego que para más de una generación representó el sueño de libertad y de contradicciones. El film, un poco como aquel de David Trueba sobre los Beatles y Almería, “Vivir es fácil con los ojos cerrados”, aprovecha para revisitar ese mundo, esas ilusiones que contrastan siempre con una realidad más amarga, más rácana, más inútil… y mucho más determinante. El balance nos deja una película repleta de reflexiones, de consideraciones sobre la vida, la existencia, el fracaso, los hijos, la voluntad de intentar cambiar las cosas…
El banjo y Pepe Sacristán hacen el resto. No hay nada bajo la apariencia. Hay, eso sí, una fuerte carga crítica, una ausencia pronunciada de valoraciones, de moralismos, de concesiones. “Formentera lady” es una gran película, cuyo único error reside en el momento elegido para presentarla. Los años también le harán un grueso favor, cuando todo espectador sea consciente de su propio fracaso.
Nuestra calificación: (3/5)