LA INVITACIÓN (2015) de Karyn Kusama

“No hay nada que temer”
Gran thriller, repleto de suspense, dirigido por la norteamericana Karyn Kusama. Ya desde el principio, en las secuencias iniciales, deja bien claras sus intenciones: Will (Logan Marshall-Green) y su actual pareja Kira (Emayatzy Corinealdi) acuden invitados a una cena que celebra su ex mujer Eden (Tammy Blanchard), que ha estado un tiempo fuera de la ciudad tras una terrible perdida personal y que, junto a su nuevo marido David (Michiel Huisman), ha concretado esta velada para reunir a todos sus antiguos amigos y seres queridos que tenía en Los Ángeles antes de abandonar la ciudad trágicamente. De camino a la cena, en la carretera, se les cruzará un coyote y Will, que no conseguirá esquivarlo, acabará atropellándolo dejándolo malherido de muerte. Ante la agonía de este pobre animal, Will sabrá lo que debe hacer con la barra de hierro que lleva en el coche…
Esta espeluznante escena introductoria deja bien claro qué nos deparará este magnífico film: una gran tensión y mucho, mucho suspense… Will y Kira llegarán a un exclusivo chalet de esa distinguida urbanización de Los Ángeles donde Will encontrará a sus antiguos amigos, que no había vuelto a ver desde la ruptura con Eden, y sobre todo, se reencontrará con su ex mujer, a la que tanto amaba y que, debido a un trágico accidente, acabaron separando sus caminos para posteriormente rehacer ambos sus vidas con otras personas. En la cena, aparte de sus antiguas amistades y del enigmático nuevo marido de Eden, David, que ejercerá como de anfitrión “Gurú” del grupo, también aparecerán invitados dos misteriosas personas desconocidas para el resto de invitados: Sadie (Lindsay Burdge) y el imponente Pruitt (John Carroll Lynch). La velada aunque tensa parece transcurrir de una manera relajada y amena, menos para Will que no deja de ver cosas extrañas y amenazantes, una detrás de otra pero ¿serán ciertas sus sospechas que parece sólo él ve?, o ¿será todo fruto de su imaginación trastornado por el reencuentro con su amada Eden y por revivir todo el dolor que sintió en su momento y aún no ha podido olvidar de semejante trágica perdida? Seguramente sólo sea su imaginación que pone cosas donde realmente no las hay…
La dirección de este auténtico thriller lleno de suspense y terror psicológico por parte de su directora es francamente brillante, recuerda a las películas clásicas del gran maestro Alfred Hitchcok, como por ejemplo “La soga” (1948): casi un único escenario, pocos planos, pocos actores, grandes interpretaciones corales, un brillante guion plagado de grandes diálogos y, sobre todo, mucho suspense: llega un momento donde no sabes bien qué creer y qué no creer, acabando con un clímax final absolutamente antológico y por qué no decirlo… salvaje. Como ya he comentado, el casting de la película no es muy amplio, podría considerarse casi una pseudo-obra de teatro con poco más de diez actores, pero que esconde unas grandes interpretaciones, como sería el caso de la pareja protagonista interpretados por Logan Marshall-Green, desconocido actor para quien les escribe, pero con una interesante carrera como secundario detrás con películas como: “Los amos de Brooklyn” (2009), “La trampa del mal” (2010) o “Prometheus” (2012) y Tammy Blanchard que borda su papel de ex esposa atormentada vista anteriormente en “Bella” (2006), “Moneyball: Rompiendo las reglas” o “Blue Jasmine”. También encontramos las caras conocidas del actor holandés Michiel Huisman, “Guerra mundial Z” (2013), “Alma salvaje” (2014) o “El secreto de Adaline” (2015), Lindsay Burdge, “A teacher” (2013) y, especialmente, el excelente actor secundario de físico imponente John Carroll Lynch, cara muy conocida, visto en múltiples películas como: “Fargo” (1996), “Gothika” (2003), “Gran Torino” (2008) o “Shutter Island” (2010), especialmente recordado por su papel de Arthur Leigh Allen, uno de los principales sospechosos de ser el célebre “Asesino del Zodiaco”, en “Zodiac” (2007) e incluso en un episodio de la serie “The Walking Dead” de la sexta temporada (de la que soy absoluto seguidor) donde interpreta el papel de Eastman, ese maestro de Aikido que enseña a un atormentado Morgan (Lennie James), cambiándole completamente su visión de la vida, la filosofía de este arte marcial japonés tan espiritual.
La dirección de este intenso thriller de marcado carácter independiente corre a cargo de la directora norteamericana Karyn Kusama conocida anteriormente por films como “Aeon Flux” (2005) y “Jennifer’s body” (2009). Sin duda, su mejor película hasta la fecha. Las referencias de este largometraje pueden ser diversas, inmediatamente nos recuerda por su estética y planteamiento a “Coherence” (2013) de James Ward Byrkit, aunque argumentalmente tengan poco que ver, siendo en mi opinión superior el film que nos ocupa a ese interesante aunque algo confuso largometraje.
La distribución de esta película ha corrido a la par por las distribuidoras independientes Good Films y La Aventura, haciendo una valiente apuesta por este film ganador del premio a la mejor película en el pasado Festival de Sitges, aunque, por desgracia, estrenándola de una manera limitada con sólo 15 copias en el territorio nacional. No obstante todas ellas se han entrenado en versión original subtitulada, bravo por ello. Film que ha sido galardonado en diferentes festivales como el ya comentado premio más importante del Festival de Sitges, cosa que tiene un mérito adicional, ya que esta última edición ha contado con una excelente programación plagada de largometrajes muy notables, destacando también el Premio de la Crítica Internacional conseguido en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Neuchatel.
Por último, cabría destacar que estas películas de producción independiente deberían de estar mejor distribuidas comercialmente en nuestro país por su apuesta audaz y atrevida, cosa que ya se está notando en la tendencia del cine norteamericano, e incluso en el mismísimo mundillo de Hollywood, que, aparte de las típicas producciones “Mainstream”, está apostando cada vez más por producciones de marcado carácter independiente. En estos momentos se puede decir que el cine independiente norteamericano está muy fuerte, claro ejemplo de ello son los diversos galardones conseguidos en los diferentes festivales de cine alrededor del mundo. Si nos centramos en el festival por excelencia del género fantástico como es el Festival de Sitges tendríamos el mismo ejemplo con otra interesantísima película que tanto revuelo ha levantado dentro y fuera de Estados Unidos como es “La bruja” (“The Witch”) (2015) de Robert Eggers que se estrena dentro de pocas semanas en España. Son buenas noticias para los que seguimos y amamos este tipo de cine del que siempre suelo decir que: “La mayoría de veces cine independiente es sinónimo de buen cine”. Ojalá esta misma tendencia llegue con la misma fuerza a Europa y concretamente a España para cambiar definitivamente las preferencias del espectador en nuestro país y que este tipo de films como “La invitación” tenga una distribución más acorde con su valía respecto a otros largometrajes de amplia distribución comercial, pero de muy escasa calidad cinematográfica.