MAUDIE, EL COLOR DE LA VIDA (2016) de Aisling Walsh

“Directa a los Oscar sin pasar por la casilla de salida y sin cobrar las dos mil pesetas”
Uno se enfrenta al biopic con unas armas, con una vara de medir distinta a la que aplica en los filmes que abogan por la “pura coincidencia” en cuanto a su parecido con la realidad (se curan en salud, bien que hacen). Mal que nos pese, el dichoso intertítulo que reza aquello de “based on a true story” hace que automáticamente pasemos de Maudie, de la construcción del personaje, sus matices, su andadura en línea recta, mascadita, sin posibilidad de que se nos haga bola, y nos centremos en el “plot”, en el punto de vista, en como la autora arma el puzzle de su percepción de la realidad vivida por Maud Dowley (con esto, nos hostiamos ya con dos filtros, el de la concepción del hecho por parte de Walsh y el del hecho contado por la “prota” de todo esto) en qué selecciona y qué envía a la papelera de reciclaje, en el “storytelling”, vamos.
Parte del público, por el contrario, opta por ponerse las gríngolas y tirar “pa’lante como los de Alicante”. Dejarse llevar por el embrujo del individuo que, por hache o por be, ha dejado un legado apetecible de ser mostrado por la élite -con bien de pompa y una pizquita de machismo felizmente justificado por el contexto histórico- (esto último, marca de la casa, por mucha mujer que maneje los resortes de Hawkins). La equivalencia lógica está clara, personaje en el sumidero, con todas las de perder, pero con el tesón suficiente como para ponerse el mundo por montera y erigirse en baluarte del sueño americano implica “peliculón del quince”.
Servidor propone todo lo contrario -si, ya sé que despojar a Maudie de Maudie no tiene sentido ninguno pero hagamos la prueba- pongámonos los “blinkers” al revés, obviemos a Maud, a su marido feroz (peligrosamente dulcificado) y fijémonos en el recipiente, en aquello que establece el nivel de autocomplacencia para con el ABC del género. Efectivamente, lo que con Sandra Bullock tufa a “The Blind Side”, con Sally Howkins huele al color de la vida.
Nuestra calificación: (2/5)