PETRA (2018) de Jaime Rosales

“Por Antonio Llorens”
“¿Tú sabes por qué estoy aquí?”
Jaime Rosales cuenta con una brillante filmografía. “Petra” es su última película, presente en la Quincena de realizadores en el festival de Cannes y en Perlas en el reciente festival de cine de San Sebastián. Dijo el director que esta vez trataba de ganar al público, cuestión que los cines de Valencia, entre otros, han eliminado de raíz. Decía José Luis Cuerda, un ilustre, que el público de cine –debido a la ausencia prolongadísima de enseñanza del audiovisual en la escuela- sólo sabía hablar de la temática y de los actores, dejando fuera lo fundamental, la puesta en escena. “Petra” es un film que cuenta un folletón, de padres e hijos, de secretos sin aclarar, de matrimonios entre hermanos –recordamos aquí una TV-Movie de Ramón Costafreda, “Máis ca irmáns / Más que hermanos”, basada en personajes reales, en un caso de incesto que recibió los apoyos de un ayuntamiento, realizada hace…
Pero Rosales propone una puesta en escena modélica, comenzando por un desorden en los capítulos en los que se divide el relato y continuando con una realización suficientemente alejada de lo que se nos cuenta. Ello produce un claro distanciamiento brechtiano, de modo que el espectador puede reconstruir los hilos de la trama pero siendo consciente de que tal trama no es lo más importante. Lo verdaderamente importante es el dinero, las interpretaciones de un curioso reparto, encabezado por Barbara Lennie y Álex Brendemühl, con Marisa Paredes, Petra Martínez y Oriol Pla, sin olvidar al no profesional Joan Botey, capaz de dar vida a un artista multimillonario y embustero.
Por todo ello, “Petra” es un film apasionante, capaz de atrapar al espectador sea cual sea su formación, un film sin concesiones, terrible y lúcido. “Petra”, cuyas coincidencias con lo último de Julio Médem; “El árbol de la sangre”, son notables (otro ejemplo de relato distanciado y fiel al estilo de su director, mucho más allá de sus tramas genealógicas) es un film que debe verse, que debe estar entre toda clase de públicos, que merece consideraciones sobre el arte y la vida, sobre la economía de unos y otros, sobre legados de padres o madres a hijos, sobre el origen de cada uno de nosotros, pero esas conclusiones vienen dadas por la puesta en escena, por la cuidada colocación de la cámara, por un distanciamiento que dificulta la identificación o los absurdos salvamentos del cine de consumo, del cine de acción, para dejarnos ver una realidad que no está nada alejada de cada uno de nosotros. Una gran película, sin duda.
Nuestra calificación: (4/5)