VIAJE (2015) de Paz Fábrega

“Pura efimeridad”
La vida es efímera, pocas cosas en ella perduran al paso del tiempo y puesto que nada es eterno… el amor no iba a ser una excepción. Este es el mensaje que nos propone Paz Fábrega en “Viaje”. La cinta costarricense se centra únicamente en transmitir al espectador este mensaje a través de la historia de amor que viven sus dos protagonistas.
Luciana y Pedro se conocen en una fiesta de disfraces y como si de pura química se tratara la atracción entre ambos tardará poco en materializarse sucumbiendo así el uno al otro de manera irrefrenable. Por este motivo Pedro propone a Luciana que lo acompañe en su viaje al Parque Nacional Volcán Rincón de la Vieja para terminar su tesis de biología, pero lo que no saben es que este viaje supondrá el inicio y el fin de su propio amor.
A lo largo de la película se observa como la relación entre ambos va evolucionando a pasos agigantados: en un principio parecen solamente amigos con un elevado grado de confianza entre ambos hasta que caen en los instintos primarios de la naturaleza humana. El vaivén del amor condensado en unas pocas decenas de horas donde aman, confían, desean, recelan y dudan “a quemarropa” y sin reservas.
El logro de Paz Fábrega en este film de gran carácter intimista consiste en saber captar y retener para siempre esa “efimeridad” del amor pasional e instintivo en todas sus etapas y hacernos recordar vivencias personales reflejándonos en sus dos protagonistas.
El acertado matiz del blanco y negro y la pausa en la narración de los hechos transfiere un aire casi documental a la cinta contraponiendo, de forma paradójica, la asociación que acostumbramos a hacer entre el blanco y negro con aquello que perdurará en el tiempo y la historia efímera que se nos plantea.