EL HIJO DE JEAN (2015) de Philippe Lioret
“A veces hay que mirar atrás para seguir adelante”
Desde Francia llega esta pequeña joya que en clave de drama contenido y con pequeños toques de intriga habla de la familia y de la fuerza de los vínculos que nos unen, así como de la necesidad de revisar el pasado y de la intención de redimirse de los errores cometidos, y lo hace a través de una historia intimista que va creciendo con cada escena hasta llegar a un emotivo y brillante tramo final.
La acción comienza en París donde un joven recibe una llamada desde Canadá comunicándole el fallecimiento de su padre, a quien no conoció y del que nunca ha sabido nada. Movido por la curiosidad, decide viajar a Montreal; una vez allí, de la mano del mejor amigo del difunto, conocerá algunos secretos de su progenitor y del romance fugaz y apasionado que mantuvo con su madre e incluso contactará con sus dos hermanastros.
Partiendo de una situación peculiar, el film nos lleva prácticamente de la mano del protagonista y nos acerca a sus inquietudes y al choque emocional que supone para él los descubrimientos que va realizando. En ese viaje de experiencias personales, el guion hilvana temas universales que alcanzan a cualquiera en mayor o menor medida, lo cual confiere al relato una cercanía encomiable. Para ello se vale de una serie de caracteres secundarios, a veces perfilados sin demasiada profundidad o incluso de manera tosca, pero muy reconocibles y que sirven para, según los casos, sacar lo mejor y lo peor de la naturaleza humana que incluso en los círculos más cerrados y afectivos puede llevar a mantener o a hundir su armonía.
A tan notable entramado de sentimientos sobrevenidos y recuperados se unen unas notas de suspense y unos giros introducidos con enorme tacto que, casi sin darnos cuenta, le acaban dando un enfoque distinto a lo que se nos está contando.
Especialmente loables resultan las interpretaciones de los dos actores protagonistas, quienes dan una dimensión que traspasa la pantalla a unos personajes que sobre el papel no invitaban a demasiado lucimiento. Tanto Pierre Deladonchamps como el veterano Gabriel Arcand completan unos trabajos sobresalientes que progresan en sentido ascendente y consiguen una química perfecta en las escenas que comparten, al punto de enriquecer sensiblemente el resultado de esta producción, tan modesta en medios como redonda en el resultado que depara.
Nuestra calificación: (4/5)
«Sometimes have to look back to keep going»