EL MAL QUE HACEN LOS HOMBRES (2015) de Ramón Térmens

“Obedece. Desconfía. Sobrevive”
Con los medios justos y una buena mano en la dirección, esta producción española consigue llevar a la pantalla un thriller digno, al que poco más se le puede pedir. Una película, sin duda, minoritaria que no obstante tiene méritos suficientes para que se le preste más atención que a otros títulos infumables que llegan a la cartelera con una aparatosa y seductora publicidad.
Con todo, no estamos ante un film redondo ya que se apoya en un guion que desarrolla sus argumentos de manera irregular, dejando en el aire muchas preguntas, además de llevar a los personajes a unos comportamientos que en ocasiones se antojan incongruentes.
La acción nos lleva hasta el norte de México donde un veterano sicario y un médico, hombres de confianza de un temible narcotraficante, deben encargarse de custodiar a una niña de 10 años, la hija del capo de un cartel rival. Su misión es retenerla hasta que reciban las órdenes oportunas. A esa vigilancia se une el sobrino de su jefe, un tipo con pocos escrúpulos.
La puesta en escena tiene en gran parte del metraje hechuras puramente teatrales, lo que no quita para conseguir una atmósfera de tensión permanente que puede explotar en cualquier momento. La atención se mantiene gracias al trabajo en la caracterización de unos protagonistas que van creciendo en entidad y que contrastan con la visión de la inocente víctima que no entiende el universo corrompido de los adultos.
Es una lástima que esas virtudes no se completen siempre con una adecuada concatenación de los acontecimientos y con la coherencia narrativa que merece, ya que se aprecian desajustes en distintos detalles que se ponen de mayor relieve conforme se acerca a la resolución de la trama.
El reparto, sin contar con grandes estrellas, está sobradamente a la altura y el buen hacer de actores como Daniel Faraldo y Sergio Peris-Mencheta resulta esencial para dotar sus papeles de una rotunda y escalofriante personalidad.
“Obey. Distrust. Survive”