LA VIRGEN DE AGOSTO (2019) de Jonás Trueba

“Sigue el camino amarillo”
Una de las mayores características del cine independiente es dotar al espectador de protagonista de historia. Lo que pretenden la mayoría de directores es que pongas de tu parte para meterte dentro, pues el entretenimiento no se va a poder conseguir la vía fácil de la acción o ambiente CGI. Jonás Trueba en todas sus películas impone este criterio, y para ello las realiza desde el prisma de que todos conocemos a alguien como sus protagonistas, con los mismos problemas e inquietudes. Tal vez esta sea su película más personal y que propone mayor implicación por parte del espectador.
La historia de Eva comienza con un relato sobre Madrid en agosto, la ciudad que todos abandonan pero que algunos nostálgicos se quedan y los turistas despistados acuden. Eva se encuentra en un universo metafórico como el Mago de Oz. Si recordamos esta historia, Dorothy emprende el camino amarillo para reencontrarse con su mascota, sin embargo, durante esta larga travesía va conociendo a gente diversa y que le ayuda a aprender diferentes enseñanzas vitales. Eva es la Dorothy, y el primer encuentro es el casero de su casa de alquiler, que le relata una historia sobre filosofía que resulta ser bastante premonitoria.
La aventura de Eva no podría ser más cotidiana. Los mismos problemas de cada uno de nosotros, las mismas vivencias y los mismos encuentros. En una fiesta, en una tienda, en un bar, en el cine, en el museo… Trueba nunca quiere dar sensación de incredulidad, todo lo contrario, pues cualquiera de los problemas de Eva es algo que tú has vivido o algún conocido muy cercano, empezando por no poder abrir la puerta de tu casa y acabando por conocer a alguien cualquier noche. Sin embargo, todo este entramado da pie a que, en muchos momentos, se pierda el eje central de la historia: Eva no sabe qué quiere. Al llevarte tan pausadamente por ese camino amarillo acaba agriándose y no sabiendo donde estás.
Es digno de mención la interpretación de todos los actores, totalmente naturales y cuyas situaciones personales nunca son forzadas. Siempre crees estar ahí, vivir la situación. Y esto es de una complejidad enorme. Uno siempre reconoce elementos cinéfilos en prácticamente todas las escenas, lo que te hace ver que realmente tú estás en tu butaca, delante hay una pantalla que proyecta una película. En este caso la gran virtud de realidad te hace pensar que estás ahí dentro, que tú has vivido algo similar, que has desvariado y has llevado tu mente a lo mismo que Eva.
Una película humana y sentimental, cuyo mensaje principal es el YO, pues nadie se va a preocupar más por ti que tú mismo. Conocerás a gente de todas las culturas, de todos los aspectos y con todos los pensamientos, pero el tú seguirá siendo el tú. Nada te cambiará, nadie te ayudará, pues los problemas de uno mismo seguirán siendo así. Es un placer disfrutar este cine gracias a los cines en versión original por antonomasia de Valencia: Cines Babel. Que por favor sigan trayendo películas así.
Nuestra calificación: (3/5)
“Follow the yellow path”