TANNA (2015) de Bentley Dean y Martin Butler

“Amor salvaje”
Avalada por unas inmejorables críticas, nominada al Oscar 2016 a la Mejor Película de Habla No Inglesa, con los premios del público y a la mejor fotografía en la Mostra di Venezia 2016 y el especial del jurado en el Festival de Londres a sus espaldas, “Tanna” despertaba en mí ya bastante interés, la verdad. Lo que no me podía imaginar es que esta película, tan majestuosa, salvaje y étnica, llegaría a sobrecoger y deslumbrar a esta urbanita empedernida que no se baja de los tacones ni en la playa.
“Tanna” nos cuenta una historia de amor al más puro estilo “Romeo y Julieta” entre los dos protagonistas Wawa y Dain, que son dos jóvenes que desafían las leyes de los matrimonios concertados de su tribu para estar juntos hasta el final. Pero no solo eso, sino que también nos muestra otra historia de amor; la del amor que procesan los habitantes de la tribu Yakel por su tierra, su cultura, su volcán, sus dioses, sus tradiciones y sobre todo, por su forma de vida.
Los habitantes de la isla de Tanna viven apartados del mundo moderno, con la misma forma de vida desde hace siglos, siendo totalmente felices con lo que tienen y con lo que son, disfrutando de la sencillez de sus costumbres, sintiéndose tremendamente afortunados de tenerse los unos a los otros y ansiando la paz y la tranquilidad.
En esta película se nos da una tremenda lección de humildad y de sencillez. Nos invita a reconocernos como seres vivos que en realidad, necesitan muy poco para vivir y ser felices.
Nos muestra el amor, la libertad y la inocencia en su forma más pura, representados en el personaje de Selin, una niña preciosa, interpretada por Marceline Rofit, que casi como una espectadora más, sin cambiar mucho la trama pero siendo absolutamente imprescindible, no nos abandona en ningún momento de la cinta y nos deslumbra con su luz.
Esta película rodada en la polinesia australiana, cuenta con un reparto totalmente amateur y en algunos momentos se nota, ya que casi roza el género documental. Pero los directores y documentalistas, Bentley Dean y Martin Butler que ya habían estado en contacto con los habitantes de la tribu Yakel años atrás, han sabido manejar a los actores de una manera natural y muy poco forzada, dándoles libertad y una trama tan fácil de ejecutar y tan creíble que a pesar de estar ambientada a finales de los ochenta, resulta una realidad aún a día de hoy. Ya que las luchas por el poder y el territorio, los matrimonios concertados y el peso de las tradiciones, son elementos que prácticamente se dan en todas las culturas de cualquier parte del mundo.
“Tanna” es una película majestuosa, con una fotografía pluscuamperfecta, merecedora de ese premio que le dieron y de muchos más, la verdad. La naturaleza te envuelve y no te suelta, y no te cansas de ella ni una sola vez. Incluso cuando por un momento los protagonistas se escapan al “mundo civilizado”, te empiezas a sentir incómodo al igual que ellos y solo quieres volver a la selva.
La sucesión de imágenes y planos imponentes hacen que la cinta desborde vida por todas partes, te entran ganas de quitarte la ropa y lanzarte al río, de sentarte a los pies del volcán y oír lo que te dice, de tumbarte a dormir en esas arenas blancas y de bailar de alegría por la paz.
“Tanna” es una película visualmente mágica, cargada de luz y color, con un mensaje precioso y es toda una explosión de vida y esperanza. Os aviso que después de verla os moriréis de ganas de aventuras en la selva. ¿Os parecen suficientes motivos para ir a verla? Pues venga, ¡al cine!
Nuestra calificación: (4/5)
“Wild love”