TAXI TEHERÁN (2015) de Jafar Panahi
“Hacen de la vida un infierno y de los mejores amigos los peores enemigos, pero lo mejor es pasar de todo”
Hay un diálogo en el film que define las intenciones del director: uno de los personajes le pregunta al taxista (director) qué consejo le podría dar para realizar una película, ¿que vea muchas películas y lea muchos libros para instruirse?, el taxista le contesta que esos libros y esas novelas ya están escritas, que, si quiere hacer algo que valga la pena, debe salir a la calle.
Jafar Panahi es un director que tiene prohibido hacer películas en su país y también salir de él; sus películas son como mensajes clandestinos que lanza fuera de su país para contar su realidad jugándose con eso entrar en mayores problemas aún. Premiada en la 65 edición del festival de Berlín con el Oso de oro, el premio lo tuvo que recoger su sobrina -Hanna Saeidi- que también tiene una participación en el film.
Este film está dirigido e interpretado por su director, que en todo momento se presenta tal como es interactuando con los demás personajes, con lo cual les da la confianza para que se sinceren con él. No sabemos hasta qué punto los diálogos son espontáneos o no en este semi-documental, pero de lo que no cabe duda es de la frescura y libertad de estos. Durante el recorrido que el taxi hace, va recogiendo una variedad de personajes definidos por los diálogos que entablan con el director o con otros personajes que coinciden en el estrecho escenario del vehículo.
Film dirigido casi en la clandestinidad con solo una cámara en la guantera e interpretado por actores no profesionales que tuvieron que mantener el anonimato por posibles represalias. A través de ellos y de otros personajes secundarios que vemos circular fuera del vehículo, como vendedores o camareros, podemos hacernos una idea de la realidad de país, de su pobreza, de la contradicción y del miedo que cada personaje lleva en sí.
Película cuya forma es el contenido humano. Para denunciar la ficción en que está inmerso el poder y desenmascararla, utiliza la propia realidad. El director huye de adornos innecesarios y es increíble lo que puede contar utilizando lo mínimo, aunque también tenemos nosotros que poner de nuestra intención y objetividad para que este film sea completo.
Hay que destacar en este film la participación de la militante Pro-derechos humanos Nasrin Sotoudeh, que aceptó la invitación de Panahi para participar en el film. Es a través de su testimonio dirigido a la cámara de taxi como nos enteramos de las injusticias que tienen que sufrir las mujeres y cómo un estado policial puede condicionar hasta la manera de ser de una persona y llevarla a la renuncia de sus amistades.
Las calles con su tráfico, con sus gentes y el colorido de su variedad, terminan de componer en este film más un alegato que una ficción y a pesar de la limitación de medios, acaban mostrando una realidad, una humanidad que se manifiesta con toda su fuerza en la pantalla.
“They make your life hell. They make your best friends your wrost enemies. Just let it go”