ESA SENSACIÓN (2015) de Juan Cavestany, Julián Génisson y Pablo Hernando
“Un film con más sensaciones que soluciones”
Muchos creen que el arte tiene que servir para explicar el mundo, pero eso no es necesariamente así. El arte dialoga con el mundo, más allá de todo sentido. Por eso, lo interesante de muchas obras no es tanto lo que dicen, sino aquello que no dicen. En “Esa Sensación”, película rodada por Juan Cavestany, Julián Génisson y Pablo Hernando, encontramos un ejemplo de ello, de ahí que posea una función distinta a la que ejercen otras películas con más o menos éxito. Y como ya hiciera el mismo Juan Cavestany en “Gente en Sitios” (2013), aquí no hay un único relato, sino varios. La película narra tres historias que parten de una situación cotidiana en la que los personajes se acaban tropezando con algo raro. Tenemos una cena entre amigos que acaba raro, una chica que manosea algo raro y un chico que nota algo raro en su padre. Son tres historias que, lejos de incidir en lo absurdo de sus situaciones, los directores prefieren aproximarse a ellas hasta “acariciarlas”, como señala Julián Génisson, y añade: “en el sentido de acompañar a los personajes en ellas, ponernos siempre de su parte y ver a dónde nos llevan (esa ficción repugnante del creador que se deja llevar por su creación)”. Cada personaje es una historia abierta, que no dice en ningún momento cómo tiene que ser o dejar de ser el mundo. Lo que se ve es lo que hay. Por eso el espectador, como los mismos personajes de la película, se pierden entre las grietas de la normalidad, viéndose involucrados en un drama extraño que no saben si tomarse en serio. “Nosotros intentábamos seguir la corriente a los personajes, creernos su drama”, afirma Génisson.
De ahí que no haya un contenido cómico en la película, porque lo cómico está en una forma de tomarse en serio lo terrible que, por fuerza, acaba resultando cómico. «Es una comedia decepcionante, y que no pretende decir a sus personajes cómo tienen que vivir (a menudo las comedias tienen ese punto pedagógico)», subraya Génisson. Pero es en esta apertura a todo sentido, a toda convención, donde se deja entrever la parte más humana de los personajes, en todo lo que el ser humano tienen de penoso, autodestructivo y lamentable. “Al principio puede que todo esté raro y desencajado (cómo encajo con mi cuerpo en este bar de copas, cómo encajo esta piedra enorme en mis manos pequeñas, etc.), pero al final los personajes encuentran una forma de reconciliación momentánea con la situación (como los niños cuando los obligan los padres a hacer las paces).» concluye Génisson.
Se trata, en definitiva, de una película que no plantea ninguna pregunta ni respuesta, pero sí que propone varias posibilidades de historias, de sensaciones que reconocemos, y que subrayan, una y otra vez, lo desamparados, ridículos y normales que somos en este -¿extraño?- mundo. Quizá sea por esta forma de concebir el cine donde “Esa Sensación” se encuentra más cerca del arte que del entretenimiento, erigiéndose así en una honesta y visceral oda a la humanidad.
«A film with more sensations than solutions»