PASTEL DE PERA CON LAVANDA (2015) de Éric Besnard
“Con todos los problemas que tengo no quiero añadir a eso un hombre”
…Y vaya que lo añade, nada más y nada menos que contra el parabrisas de su coche casi nada más empezar el film. Y es que aunque en el cine ya hayamos visto esta curiosa fórmula de toparse con alguien y que de ahí surja una amistad (en la vida real aún no conozco de ningún caso, lo más que alguien se puede llevar de algo así es una buena demanda), en esta película encaja perfectamente, tenía que ser así. Para que un hombre perturbe la sacrificada vida de la protagonista femenina Louise Legrand (Virginie Efira) tenía que ser de esa manera; brusca y accidentalmente, nunca mejor dicho. Y es que Pierre, el atropellado, es una persona diferente, diagnosticado con el síndrome de Asperger y en el momento en que se topa con Louise, él estaba huyendo y ella tiene problemas económicos y personales; debe dinero al banco, la van a embargar, es arboricultora a la fuerza ya que se ha quedado viuda y sigue con el negocio de su difunto marido con más empeño que acierto para sacar a sus dos hijos adelante. Por otro lado tenemos a Pierre (Benjamin Lavernhe) que vive en una habitación anexa a una librería que un librero que se ha hecho cargo de él desde que era un niño le ha cedido. El dueño de la librería cuida de él y Pierre a cambio le ayuda con el negocio ya que posee cualidades fuera de lo común como por ejemplo saber de memoria pasajes enteros de libros o en qué estantería se haya cada uno.
Esta quinta película de Éric Besnard es algo predecible, no es innovadora, no tiene giros de guion y en los primeros compases tiene un ritmo lento, pero algo tiene que encandila desde el principio. La película está bien hecha, la fotografía es perfecta sin tener que recurrir a filtros ni planos complejos, los personajes están en su sitio y sin duda hay un importante salto cualitativo del director respecto a su obra anterior.
Quizás la traducción del título de la película no haya sido demasiado afortunada y el original haga más justicia (“Le goût des merveilles”), ésta circunstancia unido a unos planos de la Provenza francesa que bien podrían hacernos creer que estemos en un anuncio de miel puede llevarnos a pensar que estemos ante una comedia romántica con sobredosis de almíbar y empalagosa como su propio título indica, pero nada que ver. Cierto es que por un lado no aporta nada nuevo en éste género, pero no menos curioso y cierto es que por otro lado se diferencia y se desmarca de todas. Quizás la fórmula “comedia-romántica” se emplea muy a la ligera y para este film me atrevería a acuñar un nuevo marchamo que sería algo así como “drama ligero con toques de humor”.
Las pinceladas humorísticas provienen la mayoría de las situaciones en las que Pierre con su forma diferente de pensar y actuar irrumpe en el mundo de Louise y sus amistades pero la realidad de la joven y viuda agricultora es dura por mucho que viva en ese idílico entorno que pudiera parecer el de un spot de yogures.
Interesante la forma en que el guionista y director trata el tema del Síndrome de Asperger, ya que lo muestra como una diferencia no como una discapacidad. Una muestra de ello la tenemos en el momento en que la atractiva arboricultora le pregunta al librero qué es lo que tiene Pierre. El librero finge cara de sorprendido y le contesta; – “¿Qué tiene?, no miente, es honrado, es honesto y no le desea ningún mal a nadie”.
Éste inesperado encuentro entre estas dos personas tan diferentes será beneficiosa para ambos. Pierre por primera vez encontrará su sitio formando parte de la vida de Louise, siéndole de gran utilidad ya que no solo la salvará de la ruina sino que además le devolverá la sonrisa a sus hijos.
Técnicamente la película es impoluta, el empleo de planos largos está justificado sin recrearse excesivamente en la belleza del entorno ya que necesariamente lo impregna todo y ha preferido centrarse en los personajes, la fotografía magnífica y natural ,el ritmo general lento pero sin aburrir y ante todo prima la coherencia.
Y en cuanto la trama me dejé algo que mencioné muy de pasada y a conciencia cuando iniciaba esta crítica…
¿Y Pierre? ¿De qué estaba huyendo cuando es atropellado Pierre? Para saberlo debemos de ver los 100 minutos que dura la película.
«With all the problems I have I don’t want to add a man»