BRAVA (2017) de Roser Aguilar
“Tengo miedo”
Tan dura como conmovedora resulta esta modesta producción que se vale del oficio contrastado de sus intérpretes para componer la radiografía de una realidad oculta, tristemente más habitual de lo que parece.
Nos presenta a una joven empleada de banca que una noche es atacada en el metro. A la agresión sexual que ella padece se suma el hecho de presenciar cómo la misma acción se repite con otra chica que pasaba por ese mismo lugar. A partir de ese instante se ve sumida en un infierno interior del que tratará de evadirse pasando unos días en el pueblo donde se encuentra su padre.
Los preámbulos del film, hasta llegar al incidente que permite contar lo que realmente quiere, transcurren con ligereza y en un tono superficial, pero superados los mismos, nos mete de lleno en la asfixiante sensación de angustia de la protagonista. Esta mujer normal representa el desasosiego que sufren tantas otras que han pasado por este trago o soportan en silencio una experiencia similar, con el miedo y hasta la vergüenza que supone afrontar lo ocurrido. Desde este punto de vista, el relato es contundente y logra encorajinar al espectador.
Por otra parte, algunas de las decisiones que toma y de sus súbitas reacciones son más difíciles de explicar, lo que no resta méritos al alcance de esta denuncia elocuente que se construye de la mano de un personaje intenso.
Es esencial la implicación de la actriz Laia Marull en uno de esos registros exigentes que le van como anillo al dedo. En esta ocasión, sus miradas y gestos transmiten tanto como los propios diálogos, sin que pueda dejarnos indiferentes. A ella se une la aportación de un veterano de la talla de Emilio Gutiérrez Caba, capaz de llenar la pantalla hasta en un papel secundario como el que aquí asume.
La directora Roser Aguilar, que ya exploró el universo femenino en “Lo mejor de mí” (2007), se adentra ahora en una parcela más abrupta, demostrando una notable madurez detrás de la cámara a la hora de escenificar una historia aparentemente pequeña, pero desgraciadamente común, de la que destapa su enorme y aturdidor calado psicológico.
Nuestra calificación: (3/5)
“I’m scared”