EL AMOR ES MÁS FUERTE QUE LAS BOMBAS (2015) de Joachim Trier
“Rompe el silencio”
La película se centra en el papel de Isabelle Joubert Reed (Isabelle Huppert) como eje principal sobre el que girará tanto la trama como los demás personajes. La publicación de un artículo y una exposición fotográfica sobre su figura, tres años después de su prematura muerte, generará un conflicto familiar en el que todo lo que no se había dicho saldrá a la luz y las frustraciones escondidas se harán evidentes. Este personaje parece estar inspirado en la fotoperiodista Alexandra Boulat, presente en muchos conflictos bélicos particularmente en el territorio de Gaza. Suyas son las fotografías que aparecen en el film, periodista que falleció en 2007 víctima de un aneurisma.
Este personaje es utilizado por el director para reflexionar sobre la implicación moral y ética de esos profesionales periodísticos que tienen el dilema de tener dos vidas (profesional y civil) muy implicadas emocionalmente y el calado de sus trabajos al llegar a los periódicos y su posterior impacto en los lectores mostrando siempre los conflictos bélicos y las tragedias humanas. Aunque estos hechos son importantes en la trama, pasan finalmente a ser secundarios, ya que el tema principal de la película son las relaciones familiares, sus conflictos y sus “trampas”.
Todo parece perfecto en esta familia a pesar de la tragedia ocurrida, buen nivel de vida, buen nivel cultural, implicación social con la comunidad, pero detrás de esta fachada se esconden muchas frustraciones: un marido que ha sacrificado una carrera en el cine por su familia, una mujer periodista que parece estar más en su sitio cuando ejerce su trabajo, que no termina de encajar en una vida familiar de la que es poco partícipe, el hijo mayor en apariencia triunfador y asentado que esconde un profundo egoísmo y falta de responsabilidad y un adolescente problemático y traumatizado que no parece aferrarse a nada en la vida real.
El director, Joachim Trier, con la cámara atenta a todo movimiento de sus personajes, va quitando capas y más capas como si fuera un cirujano para llegar a esas motivaciones profundas que se esconden en los comportamientos de los personajes, ayudándose de las palabras en esa voces en off para expresar los pensamientos y los recuerdos, consiguiendo aunar cine y literatura con mucha habilidad y sin sobrecargar el discurso fílmico que nos ayuda a una mejor comprensión de sus protagonistas.
Esta película, aunque está rodada en Estados Unidos, tiene una narrativa y espíritu europeo muy marcado tanto en la manera de interpretar de sus actores como en la realización del film: de una manera más fría, con más distanciamiento hacia lo contado, más preocupado en el desarrollo interior de los personajes que en una manifestación exterior de la acción, poniendo de manifiesto un tema muy importante, la dicotomía entre quienes somos en realidad y cómo nos ven los demás y cómo de verdad creemos ser.
Destaca un heterodoxo reparto formado además de por una misteriosa Isabelle Huppert, por Gabriel Byrne, Jesse Eisenberg y el joven actor Devin Druid que se encarga del personaje más complejo: al principio parecerá un adolescente atormentado, pero luego demostrará mayor coherencia y ser poseedor de una visión más amplia y vitalista de la vida, algo que además le supondrá una esperanza de cambio en su vida.
“Break the silence”