EL OTRO LADO DE LA PUERTA (2016) de Johannes Roberts
“¿Puedes oírme?”
Ya es común que cada dos o tres semanas llegue a las pantallas algún estreno de terror, o bastante cercano a éste. Al elegir las fechas de estreno siempre se intentan distribuir para no sobrecargar al espectador, y ante todo al dinero que esté dispuesto a dar, porque probablemente no paguen por ver dos películas la misma semana si ya cuesta que solamente se vea una. Esta semana toca la última película de Johannes Roberts, un director con experiencia en este estilo de cine y que regresa con una historia de terror con fantasmas para intentar sorprender al espectador.
Una madre que vive traumatizada por la muerte de su hijo descubre un ritual que le permitiría despedirse de su hijo como es debido. Ella decide llevarlo a cabo pero un error consigue unir este mundo con el de los muertos, lo cual convertirá la vida de la familia en un infierno por intentar salvar a su hijo. Maria es una protagonista interpretada por Sarah Wayne Callies (conocida por interpretar a Lori Grimes en “The Walking Dead”) sobre la que recae todo el peso dramático de la obra, secundada por Jeremy Sisto (su marido Michael) y Sofia Rosinsky (su hija Lucy), la cual también guarda una escena muy complicada de llevar a cabo que resuelve con gran soltura para la edad que tiene. Como curiosidad también aparece el actor español Javier Botet, aunque su aparición es puramente testimonial.
Un argumento que puede dar mucho de sí sobre todo debido a la ambientación en la India, con unos paisajes oscuros y cerrados que siempre ayudan a centrar una buena tensión, sin embargo, se deja llevar por el camino más sencillo. La escena del ritual da comienzo al terror, lo que prometía ser una escena cercana a Holocausto Caníbal acaba por no pasar de un momento regular de cualquier libro de Teo, y a partir de ahí (los primeros quince minutos) sorprende la convencionalidad del guion para no describir ningún momento de miedo, ni siquiera tensión, para lo que se prometía. Aparece un cementerio que podría dar muchísimo juego, pero enseguida se trasladan a la casa para enseñar una aparición fantasmagórica. Previamente existe otra escena con una tensión latente e in crescendo, pero hay una prisa exagerada por cerrarla y llevarte a una mundana conversación entre la familia. Estos fallos (o no aciertos) son los que convierten una previsible interesante película en un manual de tópicos de más de cien páginas. ¿Qué para que puede dar un giro que sorprenda? Nada, te enseñan la patita para acabar abriendo la página veinte del manual y sobrecargar con otro fantasma y una aparición de una niña que recuerda a la de “The Ring”. Y así una tras otra hasta el final, cuando bien es cierto que se resuelve con cierta inteligencia, teniendo en cuenta lo insuficiente del resto de la obra.
Positivamente hay que rescatar el trabajo de las dos actrices, bien dirigidas por un director con cierta calidad, al igual que lo ambicioso de mostrar rincones de la India. Tampoco se podría decir que es aburrida al haber momentos de impacto respecto a la rapidez que te permite entender la historia, aunque lo que es miedo tampoco da. El resto es negativo, o directamente para echarlo al baúl de los recuerdos que no quieres recordar, porque ni existe química entre la pareja protagonista (quitando a la niña), ni se generan comportamientos dramáticos entre ellos (les da lo mismo lo que le pase a su pareja) ni hay por dónde agarrar la baja originalidad del guion. No sé cuál será la razón, si las prisas, las presiones de la producción o simplemente que al director le pareció buena la historia, pero lo que está claro es que por esta vía no se va a levantar el cine de terror, y habrá que esperar a los próximos estrenos para ver si levantan algo el nivel de esta planitud tópica sazonada por un puñado de fantasmas.
“Can you hear me?”