EN LA VÍA LÁCTEA (2016) de Emir Kusturica
“Realismo mágico en plena Guerra de los Balcanes”
Folclóricamente atronadora. Si tuviera que definir la última y esperadísima cinta del cineasta serbio Emir Kusturica “Gato negro, gato blanco” (1998) sería así.
Hubo una época en la que Kusturica se codeaba con los grandes del cine europeo, entre ese selecto club de los que habían ganado dos Palmas de Oro, pero tras una sequía de casi una década, por fin apareció con un nuevo film bajo el brazo, alegando que quería dar lo mejor de sí y hacer una buena película, pero sintiéndolo mucho, me temo que no lo ha conseguido.
“En la vía láctea” (que alguien me explique por favor la relación que tiene este título con la película, porque a mí me suena que le puso lo primero que se le pasó al hombre por la cabeza, se podría haber llamado “Me gusta comer queso en la bañera” y habría dado igual), nos hace aterrizar en plena Guerra de los Balcanes, casi ya cuando agonizaba y estaba a punto de terminar, pero con todas las bombas, tiroteos y muertes bien patentes.
En ese escenario aparece Kosta, interpretado por el propio Kusturica, que es un hombre de espíritu tranquilo y mano con los animales, que parece no temerle a las bombas y que se dedica a llevar leche a las tropas protegido solo con un paraguas. Al poco llega Nevesta, interpretada por una preciosa y sensual como siempre Monica Bellucci, una mujer que ha sido prometida en matrimonio a un héroe de guerra local y que esconde un turbio pasado.
Como era de esperar, entre ellos surge la magia y se enamoran, teniéndolo todo en contra, pero no, este no es un drama amoroso al uso.
Kusturica mezcla elementos fantásticos y surrealistas con la crudeza de una guerra, para dar forma a una caótica historia de amor que se hace demasiado larga y a la que le falta sustancia.
Por si no fuera poca toda la ambientación de lo más rural, bien metida en el folclore popular y de lo más kitsch, hay bombas por todas partes, música histriónica que pondría de los nervios a un lama tibetano, relojes locos, serpientes mágicas, cabras que saltan en mil pedazos, personajes que vuelan cuando se besan y soldados yankees.
Así, “un variadito”.
Hay demasiados elementos que no terminan de encajar y solo dan lugar al caos total un poco encarrilado bajo un guion bastante flojo.
Monica Bellucci está radiante, eso no hay nadie que lo pueda negar, intenta demostrar lo buena actriz que es aunque su personaje únicamente encarne el concepto de la mujer deseada por la que merece la pena cualquier cosa. Aun así sigue haciéndolo muy bien y demostrando que si se quiere, hay hueco de sobra para las actrices maduras.
Tanto Kusturica como el resto del reparto, son un poco más como de andar por casa, hay muchas cosas en la película que parecen improvisadas sobre la marcha, aunque tratándose de este director, lo dudo bastante, lo cual da una sensación final como de dejadez.
“En la vía láctea” pretende dejar calado el mensaje de que hasta en los tiempos más duros y oscuros, hasta cuando las cosas se ponen realmente feas, merece la pena enamorarse, ilusionarse y luchar por ello. Lo cual es un gran mensaje que comparto al 100% pero quizá, la manera tan extravagante de expresar dicho mensaje no haya sido la más acertada.
Les dejo que juzguen ustedes mismos.
Nuestra calificación: (2/5)
«Magical realism in the middle of the Balkan War»