IDOL (2015) de Hany Abu-Assad
“La voz de un pueblo”
Nos encontramos ante una de esas películas que hacen que salgas del cine con ganas de devorar la vida, que remueve tu conciencia y te desboca el corazón. Basada en la hazaña del cantante palestino Mohammed Assaf que logró escapar del campo de refugiados de Gaza y entrar en Egipto para participar en el “Talent show” más famoso del mundo árabe. “Idol” te sumerge en la cruel e injusta situación que sufren desde hace décadas los palestinos y lo hace sin necesidad de entrar en la reivindicación política, simplemente mostrando el día a día de dos hermanos que luchan por vivir y cumplir sus sueños entre el bloqueo internacional y los bombardeos.
Su director Hany Abu-Assad combina magistralmente la ficción y el documental ofreciéndonos imágenes reales del verdadero Assaf en su paso por “Arab Idol” y de una Palestina ajena al horror, que se paraliza cada día de emisión del programa para ver y apoyar a ese muchacho que les había devuelto la voz y había situado a Palestina de nuevo en el mapa.
Comparar “Idol” con la oscarizada “Slumdog Millionaire” sería igual de obvio como falso ya que lo único similar es que en ambas historias los protagonistas son niños que luchan por escapar de la triste realidad en la que viven pero nada más, no nos engañemos, la película palestina no pretende acercarse a Bollywood ni cuenta con un reputado director ni con un gran presupuesto pero nos muestra sin necesidad de florituras ni de una magistral dirección artística la realidad de un pueblo que, lejos de sentirse abatido, se las ingenia para salir adelante día a día entre el horror y la pobreza. Un pueblo que olvida el sufrimiento y se echa a la calle para festejar la victoria de aquel niño que sólo quería cantar para poder huir de Gaza.
Sin duda definiría «Idol» como “motivadora y esperanzadora”, una de las sorpresas cinematográficas del año.
«The voice of a people»