INFILTRADO (2016) de Brad Furman
“La verdadera historia de un hombre contra el cártel más grande de la historia”
Basada en hechos reales, un antiguo contable reconvertido en agente de aduanas llamado Robert Mazur (Bryan Cranston) trabaja sin descanso infiltrándose y destapando pequeños negocios de tráfico de drogas, siguiendo la mercancía, consigue encerrar a unos cuantos delincuentes hasta que propone seguir el dinero y atrapar peces más gordos. Con este argumento y un magnifico elenco de actores, Brad Furmer ha montado un buen thriller que, aunque dura dos horas, no se hace cansino, resulta muy entretenido. Muy bien ambientada, dándole un tono de iluminación bastante acertado a las típicas películas de los ochenta, los decorados y escenarios, el vestuario, todo muy bien orquestado y adaptado a la época.
Cabe destacar lo que parece que consigue reflejar el director en la cinta, los momentos de tensión, cuando los infiltrados se creen descubiertos, o cuando los criminales no reparan en matar a cualquiera que crean que les está engañando o dejando en evidencia, tanto Bryan como Emir Abreu, interpretado por John Leguizamo o Kathy Ertz, papel que hace a la perfección una brillante Diane Kruger, viven momentos angustiosos y a la vez de cierta empatía al convivir con semejantes delincuentes de finos y exquisitos gustos, amantes de sus familias e hijos y ofreciendo una amabilidad y cariño tan real como carente de pretensiones.
Destacables, tambien la participación de dos actores españoles Elena Anaya en el papel de Gloria Alcaino, esposa de Roberto Alcaino (Benjamin Bratt), un destacado miembro muy importante y sanguinario de la mafia con la que fraternizan los protagonistas y Rubén Ochandiano (Gonzalo Mora Jr.) es la herramienta que utilizan para escalar hacia la cúpula que sería Pablo Escobar. Otros importantes actores destacan tambien en pequeñas apariciones pero no por ello menos importantes, como: Olympia Dukakis, Said Taghmaoui o Jason Isaacs y un simpatiquísimo Joe Guilgun.
Un film con esencia fría, por la crueldad de la realidad del tema, de la manera en que se mueve ese mundo de lujo y a la vez miserable, de las maneras y las formas y el desamparo que vive el policía infiltrado cuando matan a gente, que aunque no sea tan inocente, no deja de ser humano y lo hacen en su propia cara, sin poder mediar palabra, sin levantar sospechas, con la impotencia de hacer justicia, tan solo ver, reír y callar. De todas formas, se agradece la considerable cantidad de diálogos y comentarios llenos de ironía para quitar un poco de tensión, tiene un equilibrio totalmente acorde a las situaciones y no se perderá la hilvanada trama de personajes y posiciones que ocupan o el trabajo que desempeñan. Perfectamente orquestada.
Un buen argumento, un buen listado de actores, todos bastante correctos, una puesta en escena exquisita y dos horas de frenético vaivén de emociones. Para disfrutar de buen cine. Espero que os guste tanto como a mí.
“The true story of one man against the biggest drug cartel in history”