LA DOCTORA DE BREST (2016) de Emmanuelle Bercot
“La historia real de la mujer que se atrevió a plantarle cara a la industria farmacéutica”
Una película basada en hechos reales siempre es llamativa, sobre todo cuando implica luchas humanas, David contra Goliat, injusticias que se ocultan por ambiciones lucrativas. Emmanuelle Bercot dirige y la actriz Sidse Babett Knudsen pone el rostro de la justiciera Doctora de Brest, Irène Franchon, un nombre que a lo largo del film se va escuchando cada vez más y en diferentes tonos; como Neumóloga atendiendo eficazmente a sus pacientes, como esposa y madre disfrutando del poco tiempo libre con su familia, como compañera de trabajo atenta y cordial y, poco a poco, como una especie de entrometida y desagradable perseguidora de información para algunos departamentos.
La historia está rodada en diferentes tiempos, la directora se encarga de darnos los datos más relevantes del proceso, de manera cronológica, desde que Irène se da cuenta del origen del mal hasta el resultado final, de la búsqueda y denuncia pública de un producto que, se generó en su día para un bien y resultó ser mortal.
Emmanuelle nos muestra el lado humano de una mujer que, al fin y al cabo es así, «humana», cercana a sus pacientes, familia, amigos, sufre por ellos. Rodada con mucho énfasis en este sentido, sobresale casi de la pantalla el carácter fuerte, imponente y, hasta en algún momento, lleno de miedo y angustia de esta tremenda actriz danesa.
Cabe destacar las imágenes de Irène en el mar, enfrentándose al fuerte oleaje, pensativa y dubitativa, resulta casi como la lucha cuerpo a cuerpo contra su gran enemigo y se esfuerza por mantenerse a flote aun sabiendo que va a recibir por todas partes.
Muy bien documentada y ambientada, te hace sentir el confort en los momentos familiares y con sus pacientes; el estrés, la impotencia, rabia y hasta el miedo en los enfrentamientos con detractores de su particular lucha. Emociona y enternece su involucración, mostrándonos pequeños detalles de fraternidad como sujetar una mano o abrazar a un paciente que lo único que busca es un poco de consuelo a sus males. Se puede creer que sí, que existen héroes y heroínas como nosotros y que se puede tener fe y esperanza. Una satisfacción enorme ver esta película.
«The real story of the woman who dared to deal with the pharmaceutical industry»