LA HABITACIÓN (2015) de Lenny Abrahamson
“El amor no conoce límites”
Hacer una crítica de este film va a ser difícil por varios motivos: el primero y principal es el evitar dar excesiva información que haga desaparecer la tensión y adelantar acontecimientos anulando el suspense de la trama (aunque el tráiler ya se encarga de destrozarlo) y otro es que el tema tratado y el enfoque dado por el director va a generar seguro controversia. El film tiene un desarrollo cercano al thriller o al cine de terror psicológico, utilizando para ello tics y argucias típicas de ambos géneros para enganchar la atención del espectador (cierto que algunos trucos son algo tramposos y fáciles, pero no empañan sus muchas virtudes).
Film abierto a muchas interpretaciones. En su estilo y manera de narrar a un servidor le recordó al mejor M. Night Shyamalan, por su enfoque a veces como de fábula semi-fantástica. No voy a contar el argumento, sí, más o menos, lo que te puedes encontrar en este film contando algunas noticias que pueden estar relacionadas con la trama: el famoso caso allá por el año 2006 de una joven austríaca que pasó 8 años recluida en una habitación recibiendo múltiples vejaciones por parte de un pervertido, mujer que vivía en el centro de Viena que según asegura en la actualidad sigue teniendo ataques de ansiedad. Sin embargo sus explicaciones sobre los hechos, al parecer muy mediáticas en su país, están siendo cuestionadas ya que algunas voces hablan de que pudo haber algún tipo de relación consentida con su captor, incluso hizo algo que nos puede parecer insólito: una vez fallecido Wolfgang Priklopil su secuestrador, compró la casa donde estuvo años encerrada. Hay otro caso más reciente y más escabroso todavía como es el de Fritz, el monstruo de Amstetten, que mantuvo encerrada muchos años a su propia hija e incluso llegó a tener siete hijos con ella.
Este tipo de casos reales son los que dan inspiración a este film, película a la que hay que dar el mérito de no regodearse en las partes escabrosas y poner más atención a la parte psicológica. Muestra como una persona normal, mediante un forzado encierro, se convierte en una persona desequilibrada, en una mujer que no recuperará una adolescencia perdida, ni un ritmo de vida normal, que además será cuestionada por un mundo exterior que necesita noticias impactantes, que buscan víctimas o verdugos, culpables o inocentes, todo un circo mediático que no soluciona problemas, sino que además crea auténticas aberraciones mediáticas que ahogan cualquier análisis razonable y comprensible de los hechos buscando siempre el impacto de la noticia morbosa.
El otro punto fuerte del film es la manera que tiene el director de situarnos en la mirada del niño, en su forma de ver su propio mundo, que se compone de una pequeña habitación y de las cosas que su madre le cuenta. No conoce nada más que ese espacio, en la habitación hay una pequeña claraboya por la que observa el exterior e imagina un fantástico y desconocido mundo. De repente un día la aparición de un desconocido animal le hará cuestionarse su realidad y su existencia… No voy a contar más de la trama, vayan a verla, sólo me gustaría apuntar el magnífico detalle del director de enseñarnos esos escondidos patios traseros cual metáforas de esa psique que en su parte visible y exterior parecen absolutamente normales pero que en su interior esconden oscuras historias.
Son dignas de recalcar también las magníficas interpretaciones tanto de Brie Larson, en el papel de la madre, como el del sorprendente descubrimiento que es Jacob Tremblay, en el papel del hijo, sin olvidar a magníficos veteranos como Joan Allen y William H Macy. Este film podrá gustar o no, pero no va a dejar indiferente a nadie.
La noticia del premio Oscar a la mejor actriz principal para la protagonista ha llegado recientemente, se ha dado como sorpresa, aunque yo no la considero como tal, no por la falta de calidad de las interpretaciones de las otras nominadas que me parece que están todas magníficas, sino porque pienso que el personaje de Joey es el más arriesgado de todos y que implicaba aparte de un buen trabajo interpretativo, una intensidad y frescura que Brie Larson desarrolla a la perfección, actriz que hasta «Las vidas de Grace» (2013) sólo había realizado papeles secundarios.
“Love knows no boundaries”