LA PELÍCULA COMERCIAL DE LA SEMANA
FIGURAS OCULTAS (2016) de Theodore Melfi
“La inteligencia no tiene color. La fuerza no tiene género. El coraje no tiene límites”
Una de las características que han convertido a Hollywood en el faro y guía del cine en general, es la de hacer fácil lo difícil. No es una virtud más, es posiblemente una de las cualidades más importantes en cualquier disciplina. Es de ahí que el «cine clásico», al que por ejemplo evoca la probablemente futurible triunfante en los Premios de la Academia “La La Land”, sea el que década tras década no se deje de admirar, estudiar y por supuesto, disfrutar.
“Figuras Ocultas”, el segundo largometraje de Theodore Melfi, obedece al canon y premisas del cine estadounidense, tanto en estructura y guion como en interpretación de sus actores y encaje con respecto a lo que requiere cada una de las partes del film. No sólo lo que atañe al esqueleto morfológico de la película, sino a la forma casi patentada de tratar los temas complejos y comprometidos con una liviandad e incluso dulzura, peregrinamente. Nada más y nada menos que las desigualdades de género; la política social, económica y cultural de los años 60 en Estados Unidos focalizada en la supremacía blanca frente a los negros y; la meteórica y competitiva carrera hacia la conquista del espacio entre rusos y estadounidenses, desde la perspectiva del país americano. Asuntos delicados que pueden originar controversia, y que el método narrativo los aligera de una forma pasmosa y fresca, sin caer en la frivolidad y dotando a los hechos y protagonistas de cierta épica (aunque en este largometraje no se abuse de ella) característica e inimitable del cine de Hollywood, sin caer en excesivos tópicos.
La película cuenta la historia, basada en hechos reales (libro de Margot Lee Shetterly), de tres científicas que fueron fundamentales para la NASA en los años sesenta, en plena efervescencia de la Guerra Fría, donde el dominio por el planeta se quedaba pequeño y el campo de batalla se trasladaba a la conquista espacial. La narración gira sobre el eje del primer lanzamiento estadounidense al exterior exitoso y sobre la historia en paralelo de sus tres protagonistas: Mary Jackson (Janell Monaé), Dorothy Vaughan (Octavia Spencer) y Katherine Golbe (Taraji Henson), siendo esta última la que más protagonismo adquiere, por su papel crucial en los cálculos matemáticos para poner en órbita el vehículo espacial. Mary destacó por su lucha por llegar a ser la primera ingeniera de raza negra del estado de Virginia y Dorothy por empezar a saber usar y difundir el manejo del monstruoso y enorme primer ordenador IBM y su aplicación al programa estelar. Completan el elenco un Kevin Costner interpretando al principal responsable de todas las operaciones, su brazo derecho, Paul Stafford (Jim Parsons) y la responsable de las supervisoras y el equipo femenino de la NASA, Vivian Mitchell (Kisten Dunst).
Como se ha citado, el film no sólo cuenta un hecho clave para la historia aeroespacial y moderna, sino que también contextualiza la difícil coyuntura que atraviesan los personajes protagonistas para simplemente desempeñar su profesión, con la dificultad al mismo tiempo de ser mujer y de raza negra, de una forma extraordinariamente natural. Las intérpretes están a la altura, así como los secundarios, especialmente Kirsten Dunst y Jim Parsons. No es el caso de Costner, invariable, sin dejar de ser él mismo en cada uno de sus papeles. El film está muy bien hilado y dirigido a no despegarse de la pantalla durante los 127 minutos, sin entrar en excesiva polémica, no deja de lado todos los aspectos ya citados a mejorar de la época, aunque someramente, muy por encima, dando por sentado que el entretenimiento es el fin de la película. No esperemos una denuncia social mordaz e incisiva ni un film con tintes melodramáticos y lacrimógenos.
Sea como sea, puede gustar más o menos. Sin ser una joya del séptimo arte en cuanto a forma y transmisión de las sensaciones, no deja indiferente la conciencia del espectador. Hace reflexionar sobre la gran cantidad de genias y genios que se habrá perdido la humanidad por detalles de género, raza, religión, ideas políticas o falta de recursos económicos. Todo esto, gracias al cine, vehículo de difusión casi incomparable.
HIDDEN FIGURES (2016) by Theodore Melfi
“Genius has no race. Strength has no gender. Courage has no limit”
One of the features that have turned Hollywood in the guide of the mobvies in general, is to make easy the difficult. It’s not a virtue anymore, it’s possibly one of the most important qualities in any discipline. That is why «classic cinema», which for example evokes the probably triumphant at the Academy Awards: «La La Land», is one that decade after decade doesn’t stop admiring, studying and of course enjoy it.
«Hidden Figures», the second feature film by Theodore Melfi, obeys the canon and premises of American cinema, in structure and screenplay as in the performance of its actors as well. Not only what concerns the essence of the film, but the way of dealing with complex subjects and committed with “sweetness”. Nothing more and nothing less than the gender inequalities; the social, economic and cultural policy of the 1960s in the United States focused on white supremacy against blacks and; the meteoric and competitive race for the conquest of the space between Russians and Americans, from the Us perspective. Sensitive issues that can cause controversy, and that the narrative method is softes them, without falling into frivolity and giving to the facts and protagonists a certain epic (although this feature film isn’t abuse of it) so characteristic and inimitable of Hollywood cinema, without falling into excessive clichés.
The film tells the story, based on true events (Margot Lee Shetterly’s book), of three scientists who were fundamental to NASA in the sixties, in the midst of the Cold War, where dominance over the planet it became small and the battlefield between these two countries is moved to the space conquest. The plot revolves around the first successful American space launch and the parallel story of its three protagonists: Mary Jackson (Janell Monaé), Dorothy Vaughan (Octavia Spencer) and Katherine Golbe (Taraji Henson), being this last one that more protagonism acquires for its crucial role in the mathematical calculations to put in orbit the space vehicle. Mary stood out for her struggle to become Virginia’s first female engineer and Dorothy to start using and spreading the first and enormous IBM computer and its application to the stellar program. Kevin Costner is cast as the chief executive officer of all operations, his right arm, Paul Stafford (Jim Parsons) and Vivian Mitchell (Kisten Dunst) the NASA female team superintendent.
As has been mentioned before, the film not only tells a key fact for aerospace and modern history, but also contextualizes the difficult situation that the protagonists going through to simply play their profession, with the difficulty of being women and of race black, in a natural way. The female performers are up to the mark as well as the secondary ones, especially Kirsten Dunst and Jim Parsons. It’s not the case of Costner, invariable, without ceasing to be himself in each of his roles. The film is very well directed and makes sure that you don’t get away from the screen during the 127 minutes, without going into an excessive controversy taking for granted that entertainment is the main purpose of the movie. Don’t expect an incisive social denunciation or a film with melodramatic and tearful dyes.
Either way, you may like it more or less. Without being a jewel of the seventh art doesn’t leave indifferent to the consciousness of the viewer. It reflects on the great number of genies and geniuses that humanity have lost by details of gender, race, religion, political ideas or lack of economic resources. All this, thanks to the cinema, a vehicle of almost incomparable diffusion.
Traducido por: Eduardo Llorente.