LA PELÍCULA COMERCIAL DE LA SEMANA
DÉJAME SALIR (2017) de Jordan Peele
“Cuando estoy rodeado de blancos me siento algo incómodo”
Cuando Chris (Daniel Kaluuya) conoce a su suegro (Bradley Whitford), este le dice que hubiera votado por Barack Obama para un tercer mandato si hubiera sido posible. Posteriormente, los amigos de la familia Armitage (blancos como la nieve) tratan a Chris como si de un animal exótico se tratara, admirando sus cualidades físicas como si fueran curiosos entomólogos. Son apenas dos ejemplos de los muchos que se pueden extraer de “Déjame salir”, la ópera prima de un Jordan Peele que abandona los códigos de los sketches cómicos que le han hecho famoso para adentrarse en el terreno de la denuncia social camuflada de cine de género.
Y es que en un país como Estados Unidos (y, por extensión, en el resto del mundo) el problema del racismo está lejos de superarse. Sin embargo, aquí Peele huye del estereotipo del racista de baja extracción social para poner el foco sobre la “West Wing” de esos liberales demócratas, blancos, de buena posición, que en principio son aliados de la lucha contra la discriminación racial pero que con su condescendencia seguramente signifiquen un obstáculo en el camino hacia la verdadera igualdad. Lo que “Déjame salir” denuncia verdaderamente es que aún desde los sectores más (pretendidamente) progresistas de la sociedad americana se sigue considerando al negro como “el otro”, el diferente. Una diferencia que la película lleva al extremo hasta voltear de forma perversa el cliché de la diferencia física entre negros y blancos para justificar las prácticas que la siniestra familia Armitage lleva a cabo.
Con todas estas consideraciones en un plano muy evidente, sin embargo “Déjame salir” sale a la plaza con el traje de film de género, dedicado desde el principio a crear en el espectador una sensación de desasosiego y de incomodidad que casa perfectamente con la situación de Chris, invitado a conocer a su familia política en el epicentro mismo del horror. Un planteamiento que, no obstante, empieza a flojear en el último tercio de la película (a pesar de algunos hallazgos interesantes como la subversión de la “Final girl” típica del “Slasher”) por culpa de ciertas elecciones de guion bastante cuestionables y por una sensación de precipitación general en el desenlace de la historia. Una sensación que se acrecienta, por desgracia, cuando uno conoce el final que tenía pensado Peele para su película (mucho más perturbador y acorde con el tono que ofrece el film), cambiado a última hora al calor de los acontecimientos de tensión racial que se produjeron por el asesinato de jóvenes negros a manos de la policía, y que hicieron sentirse al director en la obligación de ofrecer al público un rayo de esperanza en una lucha que parece eternizarse.
Nuestra calificación: (3/5)
GET OUT (2017) by Jordan Peele
«If I’m around too many white people, I get nervous»
When Chris (Daniel Kaluuya) meets his father-in-law (Bradley Whitford), he tells him that he would have voted for Barack Obama for a third term if it had been possible. Later, friends of the Armitage family (snow-white) treat Chris as if it were an exotic animal, admiring their physical qualities as if they were curious entomologists. They are just two examples of the many that can be extracted from «Let Me Out», the debut feature of a Jordan Peele who abandons the comic sketches that have made him famous to enter in the field of social denunciation camouflaged genre cinema.
And in a country like the United States (and, by extension, in the rest of the world), the problem of racism is far from over. However, here Peele shies away from the stereotype of the low-socialist racist to put the spotlight on the «West Wing» of those well-positioned white liberal Democrats who in principle are allies in the fight against racial discrimination but with Their condescension surely means an obstacle on the road to true equality. What «Let me out» really denounces is that even from the most (allegedly) progressive sectors of American society the black is still considered as «the other», the different. A difference that the film takes to the extreme to turn the perverse cliché of the physical difference between blacks and whites to justify the practices that the sinister Armitage family performs.
With all these considerations on a very obvious level, however «Let me out» comes out appears with the genre film suit, dedicated from the beginning to create in the audience a feeling of uneasiness and discomfort that perfectly matches the situation of Chris, invited to know his political family in the very epicenter of the horror. An approach that, however, begins to lag in the last third part of the film (despite some interesting findings such as the subversion of the «Final Girl» typical of the «Slasher» genre) because of certain rather questionable script choices and a sense of general precipitation in the denouement of history. A feeling that grows, unfortunately, when one knows the end that Peele thought for his film (much more disturbing and in accordance with the tone offered by the film), changed at the last moment to the heat of the events of racial tension that are produced by the assassination of young blacks by the hands of the police, and which made the director feel obliged to offer the public a ray of hope in a struggle that seems to be eternal.
Traducido por: Eduardo Llorente
Our rating: (3/5)