LA VIDA DE CALABACÍN (2016) de Claude Barras
“Nos quedaremos toda la vida juntos”
Érase una vez una joven sentada en una butaca de los cines Babel de Valencia a punto de disfrutar de una película de animación. Érase un film realizado en stop motion, con un gran diseño de personajes, unos colores sólidos y vivos y unas texturas excelentemente logradas. Por fin una película diferente que planta cara orgullosa a la animación digital que, personalmente, me provoca bostezos y ofrece la magia que una espera encontrar en este género.
Erase, por otro lado, un argumento, eso sí, excesivo por lo ingenuo. Calabacín es un niño que tras morir su madre es trasladado a un orfanato. Allí intentará sobrevivir a un ambiente, en principio hostil, entre otros niños en su misma situación. La eterna y sobadísima historia de encajar en algún lugar y con alguien tratada, por desgracia, con demasiada azúcar. No puedo apoyar, y esto me sacó literalmente más de una vez de la acción, el argumento: si eres bueno y te portas bien te pasan cosas buenas y si eres malo cosas malas… en un mundo ideal de fantasía, piruleta y nubes de algodón de azúcar, así sería, pero eso, no es la realidad.
No soporto que se infantilice la animación con la premisa de que va dirigida a niños. Los niños son personas no figuritas delicadísimas de Lladró, que es a lo que más se asemeja este film.
No quiero dejarme en el tintero la banda sonora. Los pajarillos de fondo, el viento soplando las risas e incluso las sirenas del coche del policía… creo que eso es, en sí, la auténtica banda sonora. Realmente no hacían falta más accesorios, podrían, haberla sobrecargado pero… no. La música elegida es tan sutil, tan suave que realmente acompaña sin eclipsar al resto de sonidos, se integra en ellos, se funde y juega al parchís con ellos.
Me gusta que la animación me lleve a su mundo disparatado aun contando historias cotidianas pero pierde valor cuando se intenta moralizar con ella.
“We’ll stay together for our entire life”
Once upon a time in Babel cinema in Valencia a young girl. She was there to watch an animated film. Once upon a time a stop motion movie with a great characters design, solid and bright colours and textures very good achieved. This movie deal with the digital animation, that for me is so boring. “My life as a Zucchini” offer the magic that the spectator hope find in animation movies.
Once upon a time, on the other hand, an argument excessive by the naif. Courgette is a child that when him mother dies he goes to the orphanage. There he will try to fit and survive in a hostile atmosphere among children in the same situation. This is the eternal topic about fit in somewhere and someone but in there is treated with too much sugar. I can’t support, and this take me out of the action, the argument: If you are a good person it will happen to you good things, if you are a bad person it will happen to you bad things. This is not real. Maybe in an ideal world with fantasy, lollipops and cotton candy clouds.
I can’t abide that the animation must be something infant only because is, mainly, for children. Children are persons not like Lladró’s figurines.
Th soundtrack is very, very, nice. The birds, the wind blowing, the laughs and the police sirens…this is the real soundtrack. The music is only an accompaniment. In fact, the music can be too much but not, because is so subtle, soft. It melts with the other sounds like a dance or a game.
I like that the animation give to me to the crazy world even when it relates daily stories but it lose value when tries moralize us.
Traducido por: Iulia García.