MASAAN (2015) de Neeraj Ghaywan
“Una celebración de la vida, de la muerte y de todo lo demás”
El hindú Neeraj Ghaywan dirige su primer largometraje que nada tiene que ver con el cine de Bollywood. Además, según Ghaywan, no quería limitarse a contar, en modo documental, las miserias o las desigualdades que se suceden en la India, sino más bien contar la historia de unos personajes que se desenvuelven en estas circunstancias.
La trama transcurre en este país tan sumamente conservador, donde las relaciones prematrimoniales siguen estando prohibidas. Donde existe una desigualdad de género tan grande dentro de su sociedad patriarcal, que es prácticamente imposible que una mujer se dedique a algo distinto que no sea su familia. Y que posee un sistema de castas que crea una estructura jerárquica en la sociedad, con unas normas por las cuales están prohibidos los matrimonios entre los pertenecientes a una casta distinta.
En medio de este contexto social, paradójicamente unos jóvenes usan Facebook, tienen móvil, navegan por internet y sienten la necesidad de estudiar y forjarse un futuro mejor. E indudablemente, se sienten atrapados por unas tradiciones que les oprimen y de las cuales quieren e intentan escapar. Es por esto que por mucho que su director quiera alejarse de la crítica social, ésta es del todo inevitable y se respira en cada fotograma.
Las historias de “Masaan” transcurren en Benarés, ciudad santa a orillas del Ganges, que alberga los Ghats, escalinatas que van a parar al río y donde se sitúan los crematorios. Devi, una universitaria se revela contra las normas establecidas y aboca a su padre Pathak, antiguo profesor, a pagar por ello; debido además a un sistema policial corrupto. Deepak estudia ingeniería civil para encontrar un trabajo mejor y huir del ghat donde trabaja su familia, que se dedica a la cremación; y se enamora por Facebook de Shaalu, una chica de una casta superior. Y Jhonta, un niño sin familia, se busca la vida para sobrevivir.
Desde el comienzo es fácil entrar en la película y empatizar con unos personajes que resultan muy atractivos. Las interpretaciones son buenas y la historia nos seduce y nos molesta a partes iguales. Quizá la película endulza en demasía una trama que podría relatarse de manera mucho más cruda, y posee algún giro de guion algo efectista que hace que el film abandone un poco más su parte documental y realista para centrarse en el entretenimiento, aspecto éste que no impide que siga mostrándonos situaciones que para la sociedad occidental resultan del todo sorprendentes.
La película posee además una gran belleza visual, de la mano de una preciosa fotografía que consigue sacar poesía hasta de las ceremonias crematorias. Y esa poesía también viene dada por los preciosos poemas hindús que recita Shaalu y que también inspiran la banda sonora de la misma.
A Benarés se la conoce también como la ciudad de la muerte, y la muerte está muy presente desde el comienzo en esta película. Dicen que quien muere en esta ciudad santa se libera y encuentra la salvación, y esto es lo que ocurre con las historias que encontramos en “Masaan”. Que a su vez entrevé que, tal y como los protagonistas hacen, la India está por fin cogiendo un tren hacia la modernidad. Esperemos que así sea.
“A celebration of life, death and everything in between”