MI AMOR (2015) de Maïwenn
“Un precipicio amoroso”
En las primeras imágenes la cámara enfoca la figura de una mujer que parece estar ausente y en tensión, desoyendo una advertencia se lanza temerariamente por una pista abrupta de esquí, hay un fundido en negro, ya sabemos que ha habido un accidente y también sabremos que se trata de una persona con un conflicto emocional, tema central del film, las emociones por encima de la lógica. En un centro de rehabilitación (casi paradisiaco), intentará recuperarse más psicológica que físicamente, mediante flashbacks el film nos irá introduciendo en esos sucesos que han originado la quiebra física y mental de la protagonista.
Maiween (la autora de este film) es una mujer polifacética que ha intervenido como actriz en varios films, que lleva cuatro películas como directora (“Polisse” (2011) es su anterior largometraje) y además es junto a Ettienne Comar coautora del guion de esta película que parece estar inspirada en sus propias vivencias personales. Film que trata de ciertas relaciones de pareja intensas, viscerales, muy dependientes que llegan casi a ser relaciones autodestructivas. Tony (Emmanuelle Bercot) y Giorgio (Vicent Cassel) son una pareja de mediana edad que tienen un nivel medio alto en la sociedad, el dinero y los problemas cotidianos no parecen afectarles, de él no sabemos nada profesionalmente, de ella que es abogada, en una noche de discoteca se iniciará su relación, ella quedará prendada por su vitalismo y desparpajo y él quizás por lo contrario, relación que como dice su protagonista está llena de subidas y de bajadas, de momentos intensos, también de secretos y de mentiras.
Relaciones que tienen el inconveniente de parecer bastante inverosímiles y tremendistas, a lo que no ayuda la clara definición de sus personajes, el rol de Giorgio interpretado por un Vicent Cassel entre sátiro y seductor que parece ser utilizado como generador de escenas más que por tener una personalidad definida o una lógica interna como personaje, poniendo a Tony (una convincente Emmanuelle Bercot, premiada por ello en el último Festival de Cannes) como un personaje poseído por las artimañas de su pareja, pareciendo más una historia de amor de dos adolescentes inmaduros, además tiene la rémora de que sus personajes secundarios están muy desdibujados y sólo sirven de fondo difuminado a la historia principal.
Aun así y pese a estas limitaciones la directora consigue inculcarle credibilidad y una gran fuerza a las imágenes, ayudada mucho por la química de sus actores y también por unos punzantes y acertados diálogos que están muy por encima de la historia y que dotan de mayor profundidad a la película, además tiene una factura impecable tanto en la fotografía como en la banda sonora. Película que puede generar una total adhesión o el rechazo pues no juega a medias tintas, o entras o no entras en la irracionalidad de las pasiones personales y por lo tanto en este film.
«A loving precipice»