TESTIGO (2016) de Thomas Kruithof
“La cara oculta del ascenso al poder”
Siempre se nos ha dejado entrever que detrás de unas elecciones se entretejen cientos asuntos de los que pueblo nunca sabe nada, y rara vez llega a saber.
Que hay muchas manos que mueven muchos hilos, de forma silenciosa e ininterrumpida. Y que en realidad, todo forma parte de un complejo y bien engranado plan del que salen realmente beneficiados los poderosos, aquellos que no quieren ser conocidos, aquellos que permanecen en la sombra, manipulando a gente que no sabe ni donde se está metiendo.
Esta idea (o realidad) es el punto de partida de la ópera prima del cineasta Thomas Kruithof, una producción franco-belga que cuenta con el gran François Cluzet, mundialmente conocido por su papel en la fantástica “Intocable” (2011) como protagonista.
“La mécanique de l’ombre”, que es el título original de este thriller político (menudo sopapo habría que meterle al pitagorín al que se le ocurrió la estupenda idea de titularla “Testigo”) nos presenta a Duval, un contable de mediana edad, solitario, meticuloso y ex-alcohólico que se encuentra en paro. De la noche a la mañana, le hacen una sospechosa e increíblemente bien pagada oferta de trabajo como transcriptor de escuchas telefónicas para una empresa de vigilancia; pero todo con muy mala pinta, la verdad. Pronto se verá inmerso en oscura una trama política, de la que no podrá escapar por mucho que lo intente, porque ya forma parte del complot creado entre misteriosos espías y el servicio secreto francés.
Esta película es un claro homenaje al cine policíaco y a la novela negra, juega con elementos tan nostálgicos y recurrentes como las máquinas de escribir, el empleo de la música como elemento de crispación en las escenas más tensas o el del protagonista atormentado que sabía demasiado.
Pero se hace extremadamente lenta y aburrida; la trama es lineal y previsible, no esperéis grandes sorpresas o giros de guion porque no los hay. Solo se salva por la actuación de Cluzet, que vuelve a demostrar su raza como actor, pero tampoco está para tirar cohetes ya que su papel no se lo permite, las cosas como son.
Además está rodada prácticamente en interiores y escenarios, lo que le quita magia a la cinta ya que se supone que están en París, pero apenas se ve la ciudad, podrían haber estado en cualquier otro lugar de Francia y habría sido la misma historia.
Quitar la ciudad de París de la ecuación no ayuda para nada a darle vitalidad y ritmo a la cinta, por lo que la ambientación es siempre la misma: densa, gris y bastante tediosa.
La presencia femenina con el personaje de Sara (Alba Rohrwacher) es de cliché total, solo que “la chica en apuros” ni siquiera está medio buena, por lo que no le veo sentido alguno a su presencia en el film.
La película tiene momentos muy potentes, en los que parece que va a arrancar y por fin va a comenzar lo bueno, pero mucho me temo que nos quedamos con las ganas varias veces y no puedes evitar sentir la tentación de sacar el móvil y meterte en twitter a ver que se cuece.
Me llama mucho la atención que esta película se haya hecho dentro del marco de la política mundial actual, con todos los escándalos e incógnitas que rodean a la elección del presidente Donald Trump y que además, curiosamente, se estrenara poco antes de que comenzara la campaña electoral en Francia. ¡Fíjese usted que cosas!
Lo cierto es que “Testigo” tiene una cosa muy buena, y es la verosimilitud que posee tanto la propia historia, como todos y cada uno de los personajes. Lejos de las fantasías y las flipadas hollywoodienses, en esta historia todo es perfectamente creíble y seguro que más de uno pensará, como yo, que hay más realidad que ficción en su trama.
Eso ya, lo dejo a vuestro propio criterio.
Nuestra calificación: (3/5)
«The hidden face of the rise to power»