TRUMAN (2015) de Cesc Gay
“Los mejores amigos son para siempre”
Un director con una trayectoria reconocida como Cesc Gay (“Krampack”, “En la ciudad”, “Una pistola en cada mano”), nos presenta la que hasta ahora es, sin duda, su película más redonda. Una historia de amistad auténtica, tierna y sensible que consigue conmover y hacer reír a partir de un drama que, aunque no lo parezca, es absolutamente vitalista.
Desde un presupuesto argumental sencillo, cuyo desarrollo tampoco tiene recovecos ni complicaciones, el guion consigue un relato que traspasa la pantalla desde los primeros instantes.
El film se abre con el viaje a Madrid de un profesor universitario afincado en Canadá que quiere compartir cuatro días con su mejor amigo, enfermo de cáncer, quien, sin embargo, todavía puede hacer una vida más o menos “normal”.
Es sobresaliente la compenetración entre estos dos personajes vinculados por unos lazos casi fraternales pero que, al mismo tiempo, son muy distintos. Uno, es un hombre de familia, generoso y sereno al que le ha ido bien lejos de España. El otro es un actor impulsivo y temperamental que ha llevado una vida más inestable.
Un contraste que se aprovecha con unos impecables diálogos que dejan valiosas reflexiones en el camino, unas conversaciones donde no faltan chispazos de humor que sirven para mitigar la terrible situación latente. Pero también profundiza en la naturaleza humana y, fundamentalmente, en su manera de entender y afrontar la muerte.
Sin alharacas ni recursos artificiosos, la naturalidad con que se abordan estos temas es completa y prácticamente hace partícipe al espectador como un invitado silencioso. De ello tienen mérito los protagonistas de esta película altamente recomendable: Javier Cámara y Ricardo Darín. Ambos están excelsos en cada escena y nos convencen plenamente con su aparente espontaneidad. En pequeños papeles son igualmente apreciables las intervenciones de Eduard Fernández, Dolores Fonzi y Elvira Mínguez, entre otros.
Producción llamada a conquistar importantes galardones que mereció el aplauso unánime en su presentación en el Festival de San Sebastián y la Concha de Plata para sus intérpretes.
“Best friends are forever”