UNA MADRE IMPERFECTA (2015) de Lorene Scafaria
“¿Cómo se hace un selfie?”
Básicamente una sobresaliente interpretación de Susan Sarandon sirve para sostener esta historia convencional y moralizante en torno a una mujer que, tras fallecer su marido, se siente sola y pone la atención en la vida de su hija. Aun siendo un relato bastante simple, la aportación que hace la ya veterana actriz neoyorquina es de tal calado que engrandece la materialización de un guion con poca enjundia y logra arrastrar al espectador en sus tribulaciones y pequeñas satisfacciones.
Un drama ligero, con chispazos cómicos bien traídos, que inicialmente nos presenta a la protagonista como una persona excesivamente entrometida (traducción del título original), con una imagen que queda muy lejos de provocar un mínimo de empatía. La estrategia del film consiste precisamente en ello, es decir, generar en el público una cierta repelencia en las primeras escenas para luego ir explorando las razones y el lado enormemente humano de esta viuda con espíritu joven.
Así que, poco a poco, nos vamos sumergiendo en el tobogán de sensaciones por las que pasa este personaje, huyendo a toda costa de la soledad, aunque le cuesta dar el paso definitivo para liberarse de las cadenas de un pasado afectivo que no sabe cómo superar. Una situación muy común que no siempre es fácil de ver por los demás.
La narración siempre se desarrolla con finura y ensalza valores tradicionales, especialmente los vinculados a la maternidad a la que rinde tributo y que se resume en frases como ésta: “Todo el mundo da por supuesto que el amor de las madres es incondicional, los padres, en cambio, han de demostrarlo”.
Al mismo tiempo va introduciendo otros caracteres secundarios que arropan el mensaje, en ocasiones de manera muy premeditada, como en el caso de una anciana que parece olvidada en la habitación de un hospital o de un ex policía con aficiones peculiares. De algunos de ellos se sirve también el largometraje para intentar que esbocemos alguna sonrisa, sin llegar nunca a la carcajada ni a abandonar esos terrenos formales en los que se mueve.
Del resto del reparto merece destacarse a la dulce y eficaz Rose Byrne y a J.K.Simmons (“Whiplash”), en un simpático registro y cuya participación se antoja limitada para un papel que incluso se prestaba a más.
“How is taking a selfie?”