VIENTOS DE AGOSTO (2014) de Gabriel Mascaro
“La gente que muere aquí, no va al cielo, ni al infierno. Van al mar”
En un pueblo costero de Brasil el mes de agosto trae mareas altas y fuertes vientos.
La llegada de un investigador que graba los sonidos de los vientos alisios coincide con un descubrimiento sorprendente que conduce a un par de jóvenes del pueblo a emprender un viaje de lucha y superación, un duelo entre la vida y la muerte, la vida y la memoria, el viento y el mar.
Esta es la sinopsis de la película opera prima del director brasileño Gabriel Mascaro que también se ocupa de la fotografía y se reserva el personaje del científico que graba los vientos.
Presentada en los festivales Locarno y San Sebastián, es un film de pocos diálogos con una estructura argumental muy poco desarrollada, este film muestra la vida de una aldea y el mar (el auténtico protagonista) apartada de la civilización más en la forma de vivir y pensar en ella, que de su distancia real, centrada en tres personajes: dos de ellos en el final de su adolescencia y el citado investigador que desparece abruptamente del relato sin saber muy bien si es el cadáver que luego aparece, aunque físicamente no lo parece. Es la aparición de ese cadáver lo que condicionará y cambiará la manera de pensar y actuar de otros personajes.
La fotografía, el color y la composición del encuadre hacen de cada fotograma casi un lienzo, con muy bellas imágenes que combinadas con los sonidos naturales de la marea del mar hace que por momentos estés dentro de la aldea.
Los temas de la muerte, la memoria y la pérdida están presentes siempre físicamente en la actitud de estos personajes cuyos horizontes están limitados por el mar y la distancia de la civilización. Película minimalista de muy corta duración (apenas llega a los 70 minutos) que no atraerá a los espectadores de fin de semana y a la que le auguro una muy corta carrera comercial, ya que en el pase estaba yo solo en la sala. Sus enigmáticas imágenes, su ritmo pausado y la ausencia de banda sonora consiguen el efecto de que sea el espectador el que juzgue y construya la historia que transcurre en el film, pues todo se ofrece con la cámara estática, la mayoría de veces sin apenas tensión dramática como incitando al que el espectador descubra sus significados.
Película aburrida y difícil de ver que no todos los espectadores serán capaces de apreciar.
“Those who die here, don’t end up in Heaven or in Hell. They end up in the sea”