BLACKWOOD (2018) de Rodrigo Cortés
“Bienvenidos a Blackwood, donde las niñas perdidas encuentran su camino”
La esperada película de Rodrigo Cortés (“Concursante”, “Buried (Enterrado)”, “Luces rojas”) se sostiene perfectamente durante los primeros tres cuartos de hora, creando atmósferas de elevado suspense e incrementando el interés por la intriga a medida que se suceden acontecimientos desconcertantes. Es una lástima que esas buenas sensaciones se disipen en una segunda parte deslavazada y visualmente abigarrada que recurre a tópicos del cine de terror, donde únicamente su notable realización sirve de consuelo.
Tras protagonizar varios incidentes, la rebelde Katherine es ingresada por sus padres en Blackwood, un vetusto internado alejado de la ciudad, especializado en descubrir los talentos ocultos de sus estudiantes y que dirige la enigmática Madame Duret. Allí coincide con otras chicas que al poco tiempo empezarán a destapar aptitudes impensables, a la vez que experimentan fenómenos extraños.
Partiendo de la época actual, tiene el mérito de trasladarnos en pocos minutos a un marco de aires góticos y siniestros sin que esa transición resulte chirriante. De manera que conjuga ingredientes habituales del género con una personalidad propia que le confiere la capacidad para enganchar al espectador en esos compases del metraje. Los espeluznantes golpes de efecto se dosifican convenientemente y el tono asfixiante va in crescendo. También a destacar notablemente, tal y como ha comentado el propio realizador, el uso de efectos especiales reales para dotar de un mayor realismo al filme como por ejemplo en todas las secuencias finales del largometraje donde el fuego es el principal protagonista. Muy arriesgado pero de brillante ejecución que queda plasmado de manera loable en la gran pantalla.
Frente a esos incuestionables méritos, la historia, adaptación de una novela de Lois Duncan, termina desmembrándose y pierde el timón en un alargado, recargado y excesivamente adrenalínico tramo final en el que desaparece la originalidad y afloran las influencias de títulos anteriores. El recuerdo de “Suspiria” (1977) de Darío Argento se hace inevitable (en breve se estrenará su remake); lo cual no impide reconocer la adecuada factura técnica de esas aceleradas imágenes.
Uma Thurman constituye un acierto del casting. Como ha demostrado en distintas ocasiones, sus facciones son muy apropiadas para encarnar a esa especie de ama de llaves misteriosa. Más cuestionable es el innecesario acento francés con que se presenta. AnnaSophia Robb (“Charlie y la fábrica de chocolate”) se asienta en su personaje y lo conduce con soltura, aunque puntualmente quede eclipsada por su compañera Victoria Moroles.
El director gallego ejerce de artesano al servicio de los patrones cinematográficos de Hollywood y resuelve el trabajo de forma solvente, pero sin deslumbrar.
Nuestra calificación: (3/5)
“Welcome to Blackwood, where lost girls find their way”
The long-awaited new film by Rodrigo Cortés («Contestant (Concursante)», «Buried», «Red Lights») holds perfectly during the first three quarters of an hour, creating atmospheres of high suspense and increasing interest in intrigue as disconcerting events happen. It’s a pity that these good sensations are dissipated in a second part that resorts to horror film topics, where only its remarkable realization serves as consolation.
After starring in several incidents, the rebel Katherine is admitted by her parents to Blackwood, an old boarding school far from the city, specialized in discovering the hidden talents of her students and directed by the enigmatic Madame Duret. There she coincides with other girls who will soon begin to uncover unthinkable skills, while experiencing strange phenomena.
Starting from the current era, it has the merit of taking us in a few minutes to of gothic and sinister ambient without that transition being failed. In a way that combine usual ingredients of the genre with a personality of its own that gives it the ability to hook the viewer in those measures of the footage. The creepy effects are dosed conveniently and the suffocating tone goes “in crescendo”. Also to stand out remarkably, as the own director has commented, the use of real special effects to give a greater realism to the film as for example in all the final sequences of the feature film where the fire is the main character. Very risky but brilliant execution that remains laudable on the big screen.
Faced with these unquestionable values, the story, adaptation of a novel by Lois Duncan, ends up dismembering and loses the rudder in an elongated, overloaded and excessive final section in which the originality disappears and the influences of previous films appear. The memory of Darío Argento’s «Suspiria» (1977) becomes inevitable (his remake will soon be released); which doesn’t prevent recognizing the adequate technical invoice of this rather accelerated final part.
Uma Thurman is a success of the casting. As she has shown on several occasions, her features are very appropriate to embody that kind of mysterious housekeeper. More questionable is perhaps her unnecessary French accent in the film. AnnaSophia Robb («Charlie and the chocolate factory») performs her character conducts it with ease, although she is occasionally eclipsed by her partner Victoria Moroles.
The Galician director works as an artisan at the service of Hollywood and solves work in a solvent way, but without shining.
Traducido por: Eduardo Llorente.
Our rating: (3/5)