EL REY (2018) de Alberto San Juan y Valentin Álvarez
“Por Antonio Llorens”
“La calle es peligrosa”
A través de obras teatrales como “Autorretrato de un joven capitalista español” y la reciente “Mundo obrero”, Alberto San Juan y sus colaboradores ya dejan ver las limitaciones y manipulaciones a que han estado sometidos nuestro pasado y nuestro presente. Siguiendo la estela de “El rei borní / El rey tuerto”, de Marc Crehuet, “B”, de David Ilundain, o “M’esperarás?”, de Carles Alberola y el grupo Albena de teatro, entre otras, con “El Rey” se inmortaliza una obra de teatro, ahora convertida en cine y, por lo tanto, de conservación segura por más que los intérpretes o el montaje cambien su existencia. Además “El Rey” asume, como algunas de las citadas, la importancia de dar cabida a ambos lenguajes, el teatral y el fílmico, y así la película va convirtiéndose en un gran testimonio y en una valiente denuncia de las atribuciones de una clase social y política caracterizada por la especulación, la corrupción y el poder económico.
Franco, Puig Antich, don Juan de Borbón, Adolfo Suárez, Felipe González, Iñaki Gabilondo, Antonio Tejero, etc., rodean a un monarca que acaba de abdicar y que se ve acosado por las pesadillas. El coherente discurso de San Juan, dentro de la incoherencia que da la impresión de dominarlo todo, deja muy claro, una y otra vez, que es al ciudadano, a la calle, a quien corresponde acabar con tanto desmán. Mientras llega o llegará esa añorada justicia, films como el que nos ocupa adquieren un valor indiscutible: la realización, sin decorados, con luces que van jugando su rol, con actores en verdadero estado de gracia hagan el papel que hagan (destaca Alberto San Juan y su Caudillo, pero no podemos olvidarnos de Luis Bermejo y su Juan Carlos, o de Willy Toledo…). “El Rey” queda como una gran película, con un gran sentido de cine al servicio de los valores teatrales, una sensacional crónica de todo aquello que queremos saber y nadie se molesta en contestar…
Nuestra calificación: (3/5)
“Por Antonio Llorens”
“The street is dangerous”
Through plays such as “Autorretrato de un joven capitalista español (Self-portrait of a young Spanish capitalist)” and the recent “Mundo obrero (Workers’ World)”, Alberto San Juan and his collaborators already show the limitations and manipulations to which our past and our present have been subjected. Following the path of “El rei borní / El rey tuerto”, by Marc Crehuet, “B”, by David Ilundain, or “M’esperarás?”, by Carles Alberola and the theater group Albena, among others, with “The King (El Rey)” a play is immortalized, now turned into a cinema and, therefore, safe conservation no matter how much the performers or the montage change their existence. In addition, “The King (El Rey)” assumes, like some of the aforementioned, the importance of accommodating both languages, theater and film, and thus the film becomes a great testimony and a brave denunciation of the attributions of a social class and politics characterized by speculation, corruption and economic power.
Franco, Puig Antich, Don Juan de Borbón, Adolfo Suárez, Felipe González, Iñaki Gabilondo, Antonio Tejero, etc., surround a monarch who has just abdicated and is beset by nightmares. The coherent discourse of San Juan, within the incoherence that gives the impression of dominating everything, makes it very clear, time and again, that it is the citizen, the street, who corresponds to end so much desman. While that long-awaited justice arrives or arrives, films like the one in question acquire an unquestionable value: the realization, without sets, with lights that play their role, with actors in true state of grace, do the role they play (Alberto San Juan highlights and his Caudillo, but we cannot forget Luis Bermejo and his Juan Carlos, or Willy Toledo…). “The King (El Rey)” is like a great movie, with a great sense of cinema at the service of theatrical values, a sensational chronicle of everything we want to know and nobody bothers to answer…
Traducido por: Eduardo Llorente.
Our rating: (3/5)