LA PELÍCULA COMERCIAL DE LA SEMANA
HASTA EL ÚLTIMO HOMBRE (2016) de Mel Gibson
“Misticismo sangriento”
No voy a esconder que Mel Gibson no es de mis actores ni directores predilectos, de hecho, me da bastante pereza todo lo que tiene relación con él pero he de reconocer que “Hasta el último hombre” me suscitaba gran interés debido al tema que trata y, sobre todo, por ver cómo lo plantearía el director en la gran pantalla. Pues bien, Gibson sorprende durante la primera hora del film desmarcándose de sus anteriores trabajos en la forma de abordar los hechos y en el contenido pero vuelve por sus fueros hacia la segunda parte de la película y reconocemos perfectamente al Mel Gibson cruento y sanguinario de “Apocalypto” envuelto, eso sí, de un halo de misticismo insoportable y poco creíble.
La historia narrada es la de Desmond Doss (Andrew Garfield), primer objetor de conciencia de la historia estadounidense en recibir una medalla de honor por su labor como médico militar en la Batalla de Okinawa (II Guerra Mundial). Como dije antes, la primera parte de la película se centra en la vida de Desmond y en los conflictos familiares que vive que le llevarán a tomar la decisión de no portar un arma ni ejercer la violencia. Hechos traumáticos que junto a su fervor religioso convierten a Desmond en un hombre incapaz de recurrir a la violencia pero, pese a estas fuertes convicciones morales, el joven no duda en alistarse para defender a su país frente a las amenazas extranjeras que atacan la libertad y moral estadounidense que tanto ama.
Comenzada la instrucción militar del joven es cuando asistimos al “giro cómico” que introduce Gibson en su nueva obra, no sé si con la intención de intentar emular o haciendo un guiño al gran Stanley Kubrick y su “Chaqueta Metálica” en esa escena mítica en la que el sargento al mando de los nuevos reclutas los insulta y ofende verbalmente con grandes toques de ingenio y sarcasmo. Eso sí, aquí nuestro objetor de conciencia no correrá la misma suerte que “el recluta patoso” de Kubrick.
Siguiendo quizás una analogía con la mítica cinta de los 80, Gibson también decide que sea en la segunda parte del film cuando se recrudezcan los hechos y aparezcan las escenas cruentas y sanguinarias de los combates cuerpo a cuerpo entre americanos (napalm en mano a lo “Apocalypse Now”) y japoneses que son retratados como alimañas salvajes, escurridizos y sin apenas atisbo de humanidad en ellos (lo cual recuerda a los salvajes mayas que planteaba el director en “Apocalypto”). Cabe destacar en este punto el realismo, la fuerza y el horror de la guerra que plasma a la perfección en las escenas de la batalla porque si algo es indiscutible en él es que es un gran narrador de historias ya que lo hace de una forma sencilla y casi innata.
Para mí Mel Gibson avanza como director en la primera parte del film, mostrando una nueva faceta diferente a lo que nos tenía acostumbrados que a mí, personalmente, me agrada pero que cae en el error de tornarse repetitivo en la segunda parte cuando asistimos al Gibson que ya conocemos de sobra por sus anteriores películas y que sólo nos ofrece violencia gratuita y recrudecida, eso sí, sin que falte la devoción, la mística y el amor a ese “Dios todopoderoso” que protege y perdona aunque estés asesinando a la misma vez que rezas.
Supongo que al fin y al cabo este es el sello propio del director que puede agradar y desagradar al público a partes iguales y que, en definitiva, constituye su peculiar visión de la vida, de la religión y de su país.
HACKSAW RIDGE (2016) by Mel Gibson
“Bloody mysticism”
I’m not going to hide that Mel Gibson is not my favorite actor or director, in fact, I’m very lazy about everything that has to do with him but I must admit that «Hacksaw ridge» raised a lot of interest due to the subject matter and, especially, to see how the director would put it on the big screen. Well, Gibson surprises during the first hour of the film stand out from his previous works in the way of address the facts and in the content, but returns by his manners towards the second part of the film and we recognize perfectly the Mel Gibson sanguinary of «Apocalypto” and involved of a halo of unbearable and unbelievable mysticism.
The story tells the life of Desmond Doss (Andrew Garfield), the first conscientious objector in American history to receive a medal of honor for his work as a military doctor at the Battle of Okinawa. As I said before, the first part of the film focuses on the life of Desmond and the family conflicts he lives that will lead him to make the decision not to carry a weapon or to exert the violence. Traumatic events that together with his religious fervor make Desmond a man incapable of resorting to violence but, despite these strong moral convictions, the young man doesn’t hesitate to enlist to defend his country against the foreign threats that attack freedom and American morality he loves so much.
The young man’s military training began when we attended the «comic twist» introduced by Gibson in his new work, I don’t know if with the intention of emulating at the great Stanley Kubrick and his » Full Metal Jacket» in that mythical scene where the sergeant in charge of the new recruits insults and offends verbally with great touches of wit and sarcasm. Of course, here our conscientious objector will not have the same fate as Kubrick’s «Gomer Pyle» recruit.
Following perhaps an analogy with the mythical tape of the 80, Gibson also decides that it is in the second part of the film when the facts are recrudezcan and appear the bloody and sanguinary scenes of the close combat between Americans (napalm in hand to the » Apocalypse Now «) and Japanese who are portrayed as savage, elusive vermin and with barely a hint of humanity in them (which is reminiscent of the Mayan savages posed by the director in» Apocalypto «). It is possible to emphasize in this point the realism, the force and the horror of the war that perfectly forms in the scenes of the battle because if something is indisputable in it is that is a great narrator of stories since it does it of a simple form And almost innate.
For me Mel Gibson advances as director in the first part of the film, showing a new facet different from what we had accustomed to me, personally, I like but that falls into the error of becoming repetitive in the second part when we attended the Gibson Which we already know enough for his previous films and that only offers us gratuitous and intensified violence, yes, without lacking devotion, mysticism and love to that «Almighty God» that protects and forgives even if you are murdering at the same time That you pray.
I suppose that, after all, this is the director’s own stamp that can please and displease the public in equal parts and, ultimately, constitutes his peculiar vision of life, religion and his country.